La sonda Chang’e-6 de China concluyó su misión en el lado oculto de la Luna, retornando a la Tierra el martes con muestras inéditas de este territorio lunar, marcando un hito para el programa espacial de Beijing.
Este logro posiciona a China como líder en la carrera espacial global, competencia principalmente con Estados Unidos para establecer presencia en nuevas fronteras celestes.
Aterrizando en Mongolia Interior alrededor de las 2 p.m. hora local, la sonda fue rápidamente asegurada por equipos que, en un gesto simbólico, colocaron una bandera china junto a ella.
Foto: EFE/EPA/XINHUA / Lian Zhen
Este evento no solo reafirma los avances tecnológicos de China sino que también concluye exitosamente una compleja misión de casi dos meses al lado menos explorado de la Luna, conocido por sus desafíos en comunicación y terreno.
China, ahora el único país en lograr un aterrizaje en esta área, extrajo muestras que incluyen roca volcánica de aproximadamente 2,5 millones de años y otros materiales que podrían revelar las diferencias cruciales entre las dos caras de la Luna.
Estas muestras serán trasladadas a Beijing para su análisis y estudio detallado, con la esperanza de obtener insights valiosos sobre la geología lunar. El presidente Xi Jinping ha elogiado esta misión como un “logro histórico”, reflejando el ambicioso objetivo de China de convertirse en una superpotencia espacial y tecnológica.
Mientras Beijing sigue avanzando con planes futuros que incluyen una estación de investigación lunar y misiones tripuladas a Marte, la competencia intensifica las tensiones con Washington, preocupado por las posibles intenciones militares detrás del programa espacial chino.
Sin embargo, China rechaza estas especulaciones, destacando su compromiso con la exploración pacífica del espacio.