Un nuevo estudio en Nature Communications Biology examina cómo el tetra mexicano (Astyanax mexicanus), un pez ciego de cavernas, desarrolla papilas gustativas en la cabeza y el mentón.
Científicos de la Universidad de Cincinnati han identificado este fenómeno en peces que evolucionaron en las cuevas del noreste de México.
Estos peces, con piel rosa pálida y ojos reducidos, contrastan con sus parientes de ríos, que tienen ojos grandes y plateados. A pesar de las diferencias visibles, ambas poblaciones pertenecen a la misma especie.
El profesor Joshua Gross, principal autor del estudio, explica que, aunque se conoce la pérdida de visión y pigmentación, el desarrollo de papilas gustativas adicionales es menos comprendido.
El coautor Daniel Berning añade que el estudio ha revelado nuevas perspectivas sobre cómo los peces de cueva adaptan su sentido del gusto.
Los investigadores observaron que, desde el nacimiento hasta los 5 meses, los peces ciegos tienen una cantidad de papilas gustativas similar a los peces de superficie. Sin embargo, después de los 5 meses, estas papilas empiezan a proliferar en la cabeza y el mentón, proceso que continúa hasta los 18 meses.
Este crecimiento coincide con un cambio en la dieta de los peces, que pasa de alimentarse de presas vivas a consumir guano de murciélago. Aunque los peces pueden vivir más de 18 meses, se cree que continúan desarrollando papilas gustativas con la edad.
El estudio sugiere que esta adaptación podría ayudar a los peces de cueva a encontrar alimento en su entorno oscuro. Los investigadores planean futuros estudios para examinar cómo estos peces responden a diferentes sabores.