Un reciente estudio publicado en la revista Science Advances sugiere que gran parte de la atmósfera antigua de Marte podría estar contenida en la corteza arcillosa del planeta.
Este hallazgo se suma a las crecientes evidencias de que Marte no siempre fue el desierto helado que es hoy, sino que, en el pasado, tuvo agua en su superficie y una atmósfera densa que impedía que el agua se congelara.
Hace aproximadamente 3,500 millones de años, el agua en la superficie marciana comenzó a desaparecer, y la atmósfera rica en dióxido de carbono se redujo drásticamente, quedando solo un tenue velo que se puede observar actualmente.
Ahora, un equipo de geólogos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha propuesto una explicación sobre cómo los gases de esa atmósfera podrían haber quedado atrapados en la corteza del planeta.
Los investigadores explican que, mientras existió agua en Marte, esta pudo filtrarse a través de diferentes tipos de rocas, lo que dio inicio a una serie de reacciones químicas que transformaron el dióxido de carbono de la atmósfera en metano, el cual podría haberse almacenado en las capas arcillosas del planeta.
Para llegar a esta conclusión, el equipo aplicó conocimientos sobre interacciones entre rocas y gases observados en la Tierra.
El estudio indica que la cantidad de arcilla presente en Marte podría retener hasta 1.7 bares de dióxido de carbono, equivalente a alrededor del 80% de la atmósfera inicial del planeta rojo.
Según Oliver Jagoutz, uno de los autores del estudio, los procesos geológicos en Marte son similares a los que se han observado en la Tierra, donde grandes volúmenes de CO2 se transformaron en metano y quedaron atrapados en la superficie arcillosa.
Este carbono secuestrado podría tener un potencial significativo, ya que podría recuperarse en el futuro y utilizarse como fuente de energía para misiones entre Marte y la Tierra.
El equipo del MIT ha estado investigando durante años los procesos geológicos de la litosfera terrestre y ha identificado un mineral arcilloso conocido como esmectita, que actúa como una trampa eficaz para capturar carbono.
A diferencia de la Tierra, donde la esmectita se forma por la actividad tectónica, en Marte no existe este tipo de movimiento.
Sin embargo, los geólogos del MIT han hallado que una capa de 1,100 metros de esmectita en Marte podría almacenar una gran cantidad de metano, equivalente a la mayor parte del dióxido de carbono que se cree que se perdió al secarse el planeta.
Joshua Murray, otro de los autores del estudio, sostiene que las estimaciones de los volúmenes de arcilla en Marte sugieren que una fracción significativa del CO2 original del planeta podría haber sido secuestrada como compuestos orgánicos en la corteza arcillosa. Así, la atmósfera desaparecida de Marte podría estar oculta a simple vista.