Una expedición liderada por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) ha revelado nuevas pruebas del aumento de la temperatura y la desalinización de las aguas del océano Ártico, como resultado del fenómeno de "atlantificación".
Este proceso, vinculado al cambio climático, describe la invasión progresiva de aguas atlánticas en el Ártico, impulsada por el incremento del deshielo glaciar.
“La intrusión de aguas atlánticas está convirtiendo el Ártico en un océano cada vez más cálido y menos salino debido al deshielo acelerado. Además, esta intrusión está cambiando rápidamente los ecosistemas marinos y la distribución de las especies en el Ártico”, ha explicado la oceanógrafa del ICTA-UAB y científica jefe de la campaña, Patrizia Ziveri.
Este fenómeno afecta la productividad primaria y secundaria, permitiendo que especies de latitudes más templadas expandan su hábitat hacia el norte, lo que genera mayor competencia por los alimentos y un aumento en la depredación sobre las especies árticas.
El proyecto, que forma parte de la expedición internacional Biodiversidad Global de Calcificadores Planctónicos Marinos (BIOCAL), se enfoca en la pérdida de biodiversidad marina, una de las amenazas más graves para los océanos.
Aunque los estudios se han centrado principalmente en especies grandes, este proyecto busca explorar también los efectos sobre organismos más pequeños como el plancton calcificador, que juega un papel crucial en la regulación del dióxido de carbono (CO2) atmosférico y la química del agua de mar.
Estos organismos, formadores de caparazones de carbonato cálcico, son especialmente sensibles a la acidificación de los océanos y al cambio climático.
La expedición, que se realizó entre agosto y septiembre, recorrió desde Vigo hasta Reikiavik, pasando por las Azores y Svalbard, y recopiló muestras de agua y sedimentos para estudiar los cambios en la biodiversidad marina y el papel de los ecosistemas en el ciclo del carbono.
El equipo científico multidisciplinar, que incluyó expertos en oceanografía, biología, geología y ciencias sociales de instituciones como el ICTA-UAB, el Instituto Scripps de Oceanografía, la Universidad de Oxford y la Universidad Rowan, pudo obtener evidencias del impacto de la atlantificación en las características físicoquímicas del agua y en los ecosistemas pelágicos.