En América Latina, el uso de pesticidas sigue siendo el principal método de control de plagas agrícolas, mientras que en Europa y Asia avanza el manejo etológico de insectos, una técnica que modifica el comportamiento de los animales para prevenir o reducir los daños a los cultivos. Expertos del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) en Tapachula, Chiapas, destacan la importancia de esta alternativa más respetuosa con el medio ambiente y la salud humana.
Edi Álvaro Malo Rivera, Julio C. Rojas y Salvador Hernández Moreno, investigadores de ecosistemas agrícolas, subrayan que el manejo etológico de insectos, aunque todavía incipiente en la región, ofrece grandes ventajas sobre los insecticidas, que afectan a polinizadores, contaminan el agua y dejan residuos nocivos. Este enfoque se basa en la comunicación química entre las especies, lo que permite desarrollar estrategias para controlarlas sin recurrir a productos químicos dañinos.
En su investigación, se han enfocado en plagas como el gusano cogollero, que afecta al maíz; la mosca de la fruta, que daña el mango, y los picudos de agave, responsables del deterioro de magueyes para mezcal y tequila. A través del uso de trampas y feromonas, los investigadores buscan regular la población de estas especies de manera más eficiente y menos invasiva.
Por ejemplo, Hernández ha modernizado trampas para controlar la mosca del mango, mejorando su eficacia y ergonomía. Malo Rivera, por su parte, ha formulado feromonas específicas para combatir el gusano cogollero, mientras que Rojas estudia la comunicación química de los picudos del agave, cuya población ha crecido debido al auge de la producción de tequila.
Los expertos coinciden en que la gestión de insectos sin pesticidas es crucial ante la creciente demanda de alimentos libres de químicos. A medida que la investigación en este campo avanza, Latinoamérica podría liderar el desarrollo de soluciones más sostenibles para la agricultura.