Los ingenieros de la NASA han iniciado un plan para gestionar la energía restante de las sondas Voyager 1 y Voyager 2, reduciendo gradualmente el número de instrumentos activos.
El 25 de febrero, apagaron el subsistema de rayos cósmicos de la Voyager 1, y el 24 de marzo harán lo mismo con el instrumento de partículas cargadas de baja energía de la Voyager 2.
Cada nave espacial continuará operando con tres instrumentos científicos. Estos ajustes son necesarios debido al suministro decreciente de electricidad generado por sus sistemas de energía de radioisótopos, que funcionan con el calor del plutonio en descomposición. Ambas sondas pierden alrededor de 4 vatios de energía por año.
"Las Voyager han sido estrellas del espacio profundo desde su lanzamiento, y queremos que siga siendo así durante el mayor tiempo posible", dijo en un comunicado Suzanne Dodd, directora del proyecto Voyager en el JPL.
"Pero la energía eléctrica se está agotando. Si no apagamos un instrumento en cada Voyager ahora, probablemente solo les queden unos pocos meses más de energía antes de que tengamos que declarar el fin de la misión".
Desde su lanzamiento en 1977, las naves han llevado 10 instrumentos científicos, algunos de los cuales fueron desactivados tras completar su exploración de los planetas gigantes.
Voyager 1: El subsistema de rayos cósmicos, que estudiaba protones de la galaxia y el Sol, fue apagado el 25 de febrero. Actualmente, sigue operando su magnetómetro y el subsistema de ondas de plasma.
Voyager 2: En octubre pasado, la NASA desactivó su instrumento científico de plasma debido a su orientación en el espacio interestelar. El próximo en apagarse será el instrumento de partículas cargadas de baja energía, el cual estudia iones, electrones y rayos cósmicos. Su subsistema de rayos cósmicos se apagará en 2026.
Con esta estrategia, se espera que las sondas puedan seguir operando al menos un instrumento científico hasta la década de 2030. Sin embargo, los ingenieros advierten que cualquier problema inesperado podría acortar este tiempo, ya que las Voyager han estado funcionando durante 47 años en el espacio profundo.
Las Voyager 1 y 2 siguen siendo los objetos artificiales más distantes jamás construidos. La Voyager 1 está a más de 25.000 millones de kilómetros de la Tierra, mientras que la Voyager 2 se encuentra a más de 21.000 millones de kilómetros.
A causa de esta distancia, una señal de radio tarda más de 23 horas en llegar a la Voyager 1 y 19 horas y media en llegar a la Voyager 2.
Este esfuerzo busca mantener activas a las sondas el mayor tiempo posible, permitiendo que continúen enviando información invaluable sobre el espacio interestelar.