Un reciente estudio publicado en la revista Science Advances ha propuesto una nueva teoría sobre el origen de la vida en la Tierra, sugiriendo que los "microrrayos" o pequeñas descargas eléctricas entre gotas de agua podrían haber sido responsables de la formación de aminoácidos, los bloques fundamentales de la vida.
Basado en experimentos anteriores de 1953 por los químicos Stanley Miller y Harold Urey, que demostraron cómo la electricidad podía generar aminoácidos a partir de gases inorgánicos, este nuevo estudio revisó esos conceptos, pero enfocándose en una escala más pequeña. Los investigadores, liderados por el Dr. Richard Zare de la Universidad de Stanford, crearon un entorno en el que gotas de agua cargadas eléctricamente se aproximaban unas a otras, generando pequeñas chispas que provocaban reacciones químicas y la creación de moléculas orgánicas.
El experimento reveló que, al igual que en el estudio original de Miller-Urey, se formaron moléculas como la glicina, un aminoácido esencial, y uracilo, un componente del ARN. Sin embargo, lo novedoso de este estudio fue descubrir que las diminutas gotas de agua emitían luz y generaban descargas, lo que facilitaba la formación de estas moléculas.
Este hallazgo sugiere que las pequeñas descargas eléctricas en la atmósfera primitiva de la Tierra podrían haber sido más frecuentes y accesibles que los grandes rayos, lo que permitiría la acumulación de moléculas orgánicas en charcos y zonas de alta concentración de agua, dando lugar a la evolución de la vida.
Aunque esta investigación ofrece una nueva perspectiva sobre los posibles mecanismos para la creación de las primeras moléculas orgánicas, el origen de la vida sigue siendo un misterio. Existen otras teorías, como la formación de aminoácidos en respiraderos hidrotermales bajo el mar o la panspermia, que propone que las moléculas de la vida llegaron al planeta a través de cometas o asteroides.
A pesar de las diferentes teorías, los científicos están más cerca de entender cómo los componentes básicos de la vida pudieron haberse formado en la Tierra. Este estudio resalta la importancia del agua, un elemento fundamental para la vida en nuestro planeta, en la generación de las primeras moléculas esenciales para la existencia.