Un nuevo estudio sugiere que la Pequeña Nube de Magallanes (PNM), una de las galaxias más cercanas a la Vía Láctea, está siendo afectada por la poderosa influencia gravitacional de la Gran Nube de Magallanes (GNM), su galaxia compañera más grande.
La investigación, liderada por Satoya Nakano y Kengo Tachihara, de la Universidad de Nagoya (Japón), fue publicada recientemente en The Astrophysical Journal.
Los científicos analizaron el movimiento de unas 7.000 estrellas masivas dentro de la Pequeña Nube de Magallanes, gracias a su cercanía con la Vía Láctea.
NASA/ESA/CSA
Estas estrellas, con una masa superior a ocho veces la del Sol, tienen vidas muy cortas y explotan como supernovas en pocos millones de años. Su presencia indica zonas ricas en gas hidrógeno, esenciales para la formación de nuevas estrellas.
Durante el análisis, los investigadores observaron que las estrellas se movían en direcciones opuestas a ambos lados de la galaxia, algo totalmente inesperado. Algunas se acercaban a la GNM, mientras que otras se alejaban de ella, sugiriendo que la atracción gravitacional de la galaxia más grande podría estar "rasgando" a la PNM.
"Cuando obtuvimos este resultado, sospechamos que podría haber un error en nuestro método de análisis", relata en un comunicado Tachihara: "Sin embargo, tras un estudio más detallado, los resultados son indiscutibles y nos sorprendieron".
Este comportamiento anómalo "respalda la hipótesis" de que la Pequeña Nube de Magallanes está siendo perturbada por la Gran Nube de Magallanes, lo que podría llevar a su eventual destrucción, explicó Tachihara.
Otro descubrimiento notable fue la ausencia de movimiento rotacional entre las estrellas masivas. A diferencia de la Vía Láctea, donde el gas y las estrellas giran en conjunto, en la PNM no se detectó este patrón. Esto indica que ni siquiera el gas interestelar estaría rotando.
"Si de hecho, la Pequeña Nube de Magallanes no está rotando, las estimaciones previas de su masa y su historial de interacción con la Vía Láctea y la Nube de Magallanes podrían necesitar una revisión", concluye Nakano.
Estos hallazgos podrían cambiar la forma en que entendemos la evolución de las galaxias. La Pequeña Nube de Magallanes, por sus características como baja metalicidad y débil gravedad, es considerada un modelo ideal para estudiar cómo eran las galaxias en el universo primitivo.
Por ello, conocer cómo interactúa con la Gran Nube de Magallanes ofrece pistas clave sobre los procesos que moldearon las primeras galaxias del cosmos.