Primero, como era lógico, Andrés Manuel López Obrador, quien ha anunciado la conformación de un nuevo instituto político que promoverá su tercera oportunidad. Segundo en plantear su interés, Marcelo Ebrard Casaubón, quien en el marco de su sexto informe de Gobierno, sin mediadores, avisa a la sociedad mexicana de su aspiración. Ambos procedentes de la izquierda.
En el Partido Acción Nacional las cosas irán más lentas; los reacomodos y ajustes, luchas internas y reencuentro con sus orígenes como han planteado los expertos, se hacen más necesarios, antes siquiera pensar en abanderados presidenciales. Estudiosos advierten que pasarán por lo menos dos sexenios antes de que los blanquiazules puedan imaginar siquiera competir en el ámbito de gobernar de nuevo la nación.
Y en el PRI, ahí sí que la cosa será difícil. A pesar de haber vivido sin la figura presidencial durante 12 años, desde la campaña e inclusive en la pre campaña, el personaje central fue, es y será Enrique Peña Nieto. No habrá, y al tiempo, quién se mueva y manifieste en ese partido su inquietud, sin el visto bueno del presidente de México.
Claro que son visibles los líderes de las bancadas tricolores en las cámaras de diputados y senadores, Emilio Gamboa Patrón y Manlio Fabio Beltrones; sin embargo, rápidamente encontrarán posicionamiento y juego quienes integren el gabinete entrante a partir del primero de diciembre, seguidos de cerca ante la posibilidad de la sucesión.
Todavía se recuerda aquella frase atribuida a Fidel Velázquez, líder obrero a quien se le corría la cortesía, por la importancia y peso de la Confederación de Trabajadores de México, de dar a conocer el nombre del candidato del PRI a la Presidencia de la República –en aquel entonces seguro triunfador- cuando advertía que “quien se moviera no saldría en la foto”.
Hoy se antoja lo contrario; ya es el video el que manda. Hay que mostrarse, revelarse, hacerse presente. Claro que cada quien ha de valorar su peso y el aguante; las reglas varían en cada partido y no están escritas.
A muchos causó sorpresa, a otros ánimo y proyecto, para otros simplemente es anecdótico, el auto destape de Marcelo Ebrard; lo cierto es que el personaje tiene por delante cinco años como reto para mantenerse vigente.
En la izquierda aparecen con rumbo claro las personalidades de Miguel Ángel Mancera y Graco Ramírez Garrido. El primero tendrá el foro natural que significa y representa la capital de la república mexicana; el segundo, habrá de demostrar su capacidad y talento, desde el estado de Morelos. A ambos, y quien diga lo contrario está ciego, les interesa la candidatura presidencial.
Esta es la nueva dinámica de la política en México, ni siquiera concluye una administración, mucho menos inicia otra, y ya se ven a los posibles sucesores. ¿Qué tan bueno o malo es esta carrera prematura? ¿Qué ventaja tiene consigo conocer a los aspirantes? ¿Qué consecuencias tiene para nuestra democracia esta forma de hacer política? Todas las cuestiones son difíciles de responder en este momento; a fin de cuentas la historia la escribirán día a día estos y otros actores, unos en el ejercicio del poder y otros más libres, sin el foro pero con la libertad de movimiento.
Al aire
Esta mañana transmitiremos desde las instalaciones del Tec de Monterrey en Cuernavaca como impulso a su “X Congreso de Formación Ética y Ciudadana”, y lo hacemos convencidos del fortalecimiento que las nuevas generaciones deben tener en esos rubros; la semana que entra acudiremos al plantel Santa Fe al “Foro de Ciudadanía” en el que participará Tony Blair, ex primer ministro del Reino Unido, por invitación de la amiga Alejandra Villalta.