Mientras el mundo veía el futbol, Jon Snow se casó con el amor de su vida Ygritte en un castillo, tal como si aún fueran parte de Game of Thrones.
«No sabes nada, Jon Snow».
Cuando estamos enamorados, las palabras dejan de tener el mismo significado que se les da en el diccionario. En aquel mundo externo y raro que crean dos personas, puede que existan frases que -solo para sus oídos– abstraigan una idea entera o hasta todo un sentimiento.
«No sabes nada, Jon Snow», es una frase que lo demuestra. En Game of Thrones, el personaje de Ygritte, la salvaje, se enamora lentamente del bastardo Jon Nieve, y aunque constantemente repite esa línea, cada vez que la pronuncia, tiene un significado diferente: uno que trasciende el dilema en el que ambos se encuentran y que expresa un amor difícil y doloroso.
Jon Snow e Ygritte definitivamente son de esas parejas perfectas de la televisión. Los actores que los interpretan se insertan tanto en los personajes que es inevitable derretirse ante la química y la forma en que ambos interactuaban (incluso cuando querían asesinarse). Así que, por supuesto, deseábamos que ese amor se trasladara en la vida real.
Para nuestra fortuna así fue. Jon e Ygritte (Kit Harrington y Rose Leslie) cayeron en la red del amor, solo para deleitarnos y hacernos envidiarlos por ser tan perfectos y encajar en todos los niveles.
Aunque el arco narrativo de Ygritte duró solo dos temporadas, ese tiempo fue más que necesario para que ambos se dieran cuenta de que su vínculo iba más allá del amor de sus personajes y que debían de trasladarlo desde Westeros hacia la realidad. Ambos comenzaron a salir en 2012 y su relación fue como la de muchos de nosotros: cortaban, regresaban, se dejaban, volvían, hasta que finalmente decidieron casarse.
A pesar de que durante todo ese tiempo se lanzaron distintos rumores sobre ambos, lo cual eventualmente suele afectar a las parejas de celebridades, el par ha mantenido en privado su relación, salvándola de cualquier daño que pudiesen provocar los medios de comunicación. Cuando se les cuestionó sobre su noviazgo, ambos evitaban las preguntas, afirmando que no podían contestar ya que la relación es de ambos y no podían opinar individualmente, decían que todo iba bien, y se enfocaron en su vida profesional.
Y así como si fueran de la realeza, fueron perseguidos constantemente por los paparazzi, siempre evitando los escándalos, convirtiéndose así en la pareja favorita de todos. Su amor británico está retratado por fotografías simples en las calles donde muestran su clase, su sencillez y el desinterés que tienen por la atención de las cámaras. Por ese motivo, cuando decidieron casarse, no hicieron un enorme escándalo y, para mantenerlo lo más privado posible, tampoco invitaron a muchos medios.
Para terminar de darle el toque de "cuento de hadas", el par se casó en un castillo.
El Wardhill Castle de Escocia fue el lugar donde el par contrajo nupcias el 23 de junio (mientras todos estábamos distraídos con el mundial). Ese espacio fue el hogar de Rose Leslie durante mucho tiempo, y aunque no hay demasiadas fotografías, podemos ver que les sirvió para una celebración hermosa, con sus amigos más cercanos y una infinita felicidad que se refleja en sus ojos.
Aunque siempre existe la posibilidad de que nos rompan el corazón con un futuro divorcio, es imposible no desear esa felicidad y lo mágico de casarse en un castillo después de enamorarse en un mundo medieval extraño, como el de Game of Thrones. Lo que sí sabemos es que seguirán manteniendo su relación en secreto, ya que poseen la misma timidez y prudencia que marcó a sus personajes.
Quizá eso fue lo que hizo que se enamoraran: Jon e Ygritte eran un reflejo claro de ellos mismos, así que su unión era inevitable. Sólo nos podemos imaginar que, cuando se encuentren en la luna de miel, ella dirá una vez más «No sabes nada, Jon Snow», con un significado diferente a la primera vez que se lo mencionó.