Por su parte, en mayo del 2010, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado sostuvo que, según estimaciones de instituciones nacionales e internacionales, el costo de la inseguridad en nuestro país sobrepasa el 15 por ciento del PIB, aproximadamente 150 mil millones de dólares. La corrupción del sistema de procuración de justicia está hecha para perpetuarse, no salimos de la pobreza porque no crecemos, esto provoca poca generación de empleo, que es el caldo de cultivo para el crimen y éste además enfrenta una situación ideal: de cada 100 delitos, sólo 6 se castigan; pero en el 98 por ciento de los casos el castigo es el mínimo, así sólo uno de cada 833 delitos será castigado con una pena severa.
Lo anterior ha provocado tal hartazgo en la población agraviada que ha decidido hacer justicia por propia mano: la semana pasada fueron detenidos cuatro asaltantes y extorsionadores en Cuajimalpa y la población quiso lincharlos. Todo hace suponer que, como generalmente sucede, estos delincuentes operaban al amparo de la propia Policía. Ante tal determinación de la gente, el titular de la procuraduría capitalina, Miguel Ángel Mancera, indicó que estas acciones de la población no deben quedar impunes, por lo que se inició una indagatoria para ubicar a los probables responsables y darles un castigo.
Sencillo, los responsables es toda la población de Cuajimalpa, harta de que la roben, asalten y extorsionen y de una policía que está atrás de los delincuentes a los que rara vez agarran y si eso sucede, en ocasiones los liberan en el camino o, si no, siempre está un juez corrupto para ello. Pero lo mismo aplica para Morelos, Michoacán, Guerrero, en sí todo el país. Sin embargo, los verdaderos responsables son las autoridades que lo han permitido y se han beneficiado de esa impunidad en detrimento de los ciudadanos que no hallan qué hacer para que los dejen vivir en paz y de su trabajo. Pero aunque la autoridad esté dispuesta a evitar la justicia por propia mano, hay nuevos actores que también actúan así: los narcotraficantes.
ANTE LA INJUSTICA: LA NARCO “JUSTICIA” EN EL PAÍS
Sinaloa, 16 de junio del 2011: en Los Mochis apareció un cuerpo acribillado junto a la siguiente narcomanta: “ESTO ME PASÓ POR ROBAR CARROS EN LA CIUDAD, POR ASALTAR LOS BANCOS, POR DESPOJAR EL DINERO QUE RETIRAN LOS CUENTAHABIENTES, POR ASALTAR MUEBLERÍAS Y JOYERÍAS, POR QUITAR CARROS A PAISANOS. Y SIGUEN MÁS. NO ENTIENDEN. ESTO VA EN SERIO”. Por su parte, un ciudadano opinó: “¡OcultarExpandMe da mucho gusto y felicidad que maten a bastardos como ése!”.
Michoacán, 9 de junio del 2011: en las afueras de Morelia aparecieron 21 cuerpos sin vida, y una narcomanta: “PORQUE LA SOCIEDAD LO PIDIÓ, AQUÍ ESTÁN LOS RATEROS DE CASAS HABITACIÓN, ASALTANTES Y VIOLADORES, Y AÚN FALTAN MÁS”. Un michoacano externó: “Yo soy del lugar de esta masacre y créeme, no eran inocentes. Eran ratas y malandros, jodidos de las orillas de la ciudad metidos en pendejadas”.
Zacatecas, 15 de mayo del 2011: en el Cereso de Cieneguillas, fue asesinado el secuestrador Rubén Delgadillo Gamillo, alias “el Pelapapas”. En un comunicado el gobierno estatal confirmó el homicidio de quien calificó como un 'delincuente de alta peligrosidad'. A este criminal se le involucraba con el secuestro del ex alcalde de Fresnillo, Juan Carlos Guardado, que tiene cuatro meses desaparecido, pese a que fue pagado su rescate. El sentir de los zacatecanos externado por un cibernauta fue: “¡Vaya, alguien le hizo un favor a la humanidad!”.
Morelos, antes de que termine el verano, aparecerá un cuerpo o varios junto a una narcomanta con un texto así: “Se los dijimos, aliníense o los vamos alinear. No más robo de carros, asaltos, extorsión o secuestro”. Y hasta nos imaginamos la opinión de la población, “que bueno, por lo menos un pillo menos, sea como sea o quien sea, pero controlen la criminalidad”.
Como sociedad, estamos muy acostumbrados a tratar de solucionar los problemas una vez que aparecieron y no a prevenirlos. Realmente me gustaría que esa narco “justicia” no se vaya a presentar en ningún otro lado del país, y mucho menos en Morelos, pero para evitarlo se debería acabar con la impunidad que tanto beneficia a las autoridades y a los criminales a costillas de los trabajadores, empresarios, estudiantes, amas de casa, jubilados y hasta los desempleados. Pero para mi pesar, creo que tendré razón: aparecerán esas narcomantas antes de lo que se piensa. Y ahora sí, las autoridades se desgañitarán diciendo que investigarán ya que para eso están las instituciones de justicia –mejor dicho de injusticia- y naturalmente nadie les hará caso. Y todo porque en los lugares que no ha aparecido esa forma de “justicia”, no se castiga a la criminalidad y más bien se les protege a cambio de su mochada. Así es el grado de descomposición social en que estamos viviendo.
Estimados lectores, los textos de las narcomantas y las opiniones de los ciudadanos fueron editados para una mejor comprensión. Hasta el próximo lunes, comentarios o consulta de artículos previos en: www.poderydinero.com.mx y http://www.launion.com.mx/columnas/columnistas/el-poder-del-dinero, gracias.