Necesitábamos un uso racional de los recursos, ahorros en cada una de las áreas y transparencia en los procesos administrativos-financieros, pero además, teníamos que hacer una intensa gestión de los recursos adicionales. En estas circunstancias, la UAEM era inviable sin el incremento presupuestal, federal y estatal.
7. Nuestra Universidad estaba tremendamente estancada en crecimiento de infraestructura: años sin realizar alguna obra importante. Nos propusimos el Desarrollo de la Infraestructura. En algunas áreas había recurso financiero sin ejercer y eso limitaba la gestión para nuevos proyectos. Por otra parte, el instrumento más importante para la obtención de recursos federales por la vía del concurso con las demás universidades, el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (PIFI), estaba suspendido, castigado, por sub ejercicio, para nuestra Universidad. En fin, teníamos que reactivar la inversión en infraestructura y equipamiento.
8. La adecuación del Marco Normativo era esencial. Nuestra Ley Orgánica, no correspondía a la exigencia de una universidad que pretendiera estar a la vanguardia de la Educación Superior. Pero además encontrábamos una serie de contradicciones entre los estatutos y los reglamentos. Sin embargo, dicho cambio era una tarea siempre difícil y riesgosa. Hay que decir que en anteriores administraciones se intentó y se invirtió en la contratación de expertos en asuntos legislativos para cambiar la Ley Orgánica, sin obtener resultados. Era claro que desde hace ya muchos años, se observaba la necesidad de este cambio legislativo universitario.
9. La imagen y la identidad institucional fue un tema que ya la administración pasada había contemplado con la creación de un Manual de Identidad, aprobado por el Consejo Universitario. Era necesario continuar con esta iniciativa y consolidarla. La Dra. Lydia Elizalde siguió trabajando en ello, en nuestra administración.
10. La relación con los Sindicatos. Nos planteamos establecer una comunicación permanente con transparencia, veracidad y sobretodo de respeto con los trabajadores Administrativos y Académicos. Buscar con ellos las gestiones necesarias ante la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para la obtención de condiciones de trabajo dignas. Buscar con ellos el reconocimiento de plazas; establecer el Servicio Civil de carrera administrativa. En fin, sabíamos y lo sabemos más ahora, que una buena relación con el Sindicato de Trabajadores Administrativos de la UAEM (STAUAEM) y el Sindicato Independiente de Trabajadores Académicos de la UAEM (SITAUAEM), colocaba en la ruta de la vialidad a nuestra Universidad.
Estas fueron las 10 acciones que nos propusimos para llevar a la UAEM al lugar que le corresponde: ser la Máxima Casa de Estudios del Estado de Morelos. La Universidad no puede ser menos por el bien del Estado y sobretodo de los jóvenes de hoy y de mañana. Este fue mi compromiso y sobre esta guía trabajamos día a día por la UAEM. Por supuesto, que al llegar a la Rectoría y ejercer mi responsabilidad, mucho de lo que planteamos originalmente, se quedó corto. Hoy sabemos que es mucho más lo que exige esta Universidad y también que es absolutamente viable. Seguiremos en la próxima colaboración con los resultados obtenidos hasta ahora, después de cuatro años y medio de gestión. Por Una Humanidad Culta. ¡Hasta la próxima!