El colectivo Poder Prieto, reconocido por su activismo contra la discriminación racial en la industria del cine y el teatro en México, ha anunciado su disolución tras casi cuatro años de esfuerzo continuo. A través de un comunicado difundido en redes sociales, el grupo manifestó el fin de sus operaciones con la declaración "La misión no está cumplida", señalando que, a pesar de los avances, aún queda mucho por hacer.
Desde su fundación, Poder Prieto ganó notoriedad por enfrentar el racismo y los estereotipos que frecuentemente se perpetúan en la narrativa mediática, especialmente en producciones como telenovelas. El colectivo criticó abiertamente la representación negativa y estereotipada de personas de piel oscura, exigiendo un cambio significativo en la forma en que se retrata a las minorías.
Maya Zapata y Tenoch Huerta, destacados actores y voceros del movimiento, han sido figuras clave en la sensibilización sobre estos temas. Zapata, en particular, compartió en su mensaje de despedida que, aunque el colectivo se disuelve, la lucha contra la discriminación continuará en otros frentes. El mensaje resaltó la importancia de reconocer y desmantelar los estereotipos arraigados, citando la frase crítica del grupo: "las mujeres prietas no existen a menos que sea para estar al servicio de los ricos blancos", lo cual pone de manifiesto la persistente invisibilización de las personas de color en roles protagónicos.
Además, Poder Prieto ha enfrentado desafíos y controversias, incluidas acusaciones de agresiones sexuales dirigidas a Tenoch Huerta, uno de sus miembros fundadores. Estas acusaciones han sido firmemente rechazadas por los miembros del colectivo, que han defendido la integridad del grupo y sus objetivos.
La disolución de Poder Prieto deja un vacío en el activismo dedicado a la equidad racial en las artes en México, pero también establece un precedente para futuras iniciativas que aspiren a transformar la industria del entretenimiento hacia una representación más justa y diversa.