Tenemos presencia y actividad académica, cultural y de investigación, no sólo en Chamilpa, sino en todo el territorio de Morelos. Contamos con 5 sedes en lugares estratégicos. Dos que ya existían: en Tetela del Volcán (Sede del Volcán) y en Mazatepec (Sede de la Cuenca). Ahora tenemos tres más: Totolapan (Sede de los Altos), Jonacatepec (Sede del Valle) y El Jicarero (Sede del Lago). Como he dicho en mis balances, antes recibíamos 2750 alumnos y hoy recibimos más de 6000.
Gracias al apoyo brindado por el Gobierno Federal y Estatal, los diputados y senadores y por supuesto, la UAEM, hemos logrado avances significativos para nuestro objetivo en común: la Educación Superior. Aun siendo la universidad autónoma con el 4º presupuesto más bajo del país, nuestros esfuerzos se han visto reflejados a favor de los miles de jóvenes que quieren estudiar en la Máxima Casa de Estudios del Estado. Sin embargo, aún quedan más de 4000 que no tienen la posibilidad de acceder a la UAEM. Esto quiere decir que cuando se trata de dejar a aspirantes sin oportunidad, no debemos conformarnos nunca. Es por eso, que este año tendremos la “osadía” de solicitar el presupuesto necesario para que ningún joven se quede sin la oportunidad de estudiar una licenciatura en nuestro Estado. Estoy convencido de que todo es posible si hay voluntad de trabajar por este mismo objetivo, entre todas las autoridades del Estado. Lo tenemos a nuestro alcance: ¡vamos por esos 4000 jóvenes que quieren estudiar!, que pueden hacerlo y no encuentran el espacio para lograrlo. Morelos puede ser el primer estado de la república en obtener la cobertura total en educación superior. Es nuestro tiempo, es nuestra decisión. Es por eso que digo: Gobernador, diputados y senadores, sin titubeos, demos respuestas a tiempo. Los jóvenes y sus familias lo reclaman, ¡nuestras gestiones deben ser para todos!
Retomando el balance, hablemos del Modelo Universitario que permita la formación integral del estudiante. Hay que recordar que tuvimos un momento muy crítico: cuando se habló de la posibilidad del cambio de nombre de facultades a institutos y con ello se desató la oposición más absurda que he tenido durante mi administración. Se tomó, indebidamente, un simple cambio de nombre como equivalente a un cambio en el Modelo Universitario y se nos acusó tanto a mí, como al H. Consejo Universitario de no informar. Dichas consideraciones fueron equivocadas, ya que ni el cambio de nombre era imprescindible para la implementación del modelo (ni siquiera formaba parte del mismo), ni lo considerábamos problema porque ya en otras universidades del país se había hecho el cambio de nombres sin mayor dificultad. Por otra parte, ante la queja por la falta de información, demostramos que durante 4 meses la propuesta se publicitó por todos los medios (mantas, trípticos, página web, cartelones y radio, entre otros). Después, ante el movimiento manipulado y desinformado decidí, de viva voz, aclarar ante todos los alumnos y maestros, cuál era el propósito de esta propuesta: recorrí cada una de las unidades académicas de la UAEM para hablar de nuestro primer Modelo Universitario. Ahí me encontré con la sorpresa de que lo que los estudiantes querían era aclarar una serie de distorsiones que se propagaron de manera intencional, como el hecho absurdo de que los alumnos no serían licenciados, sino técnicos; que cambiaríamos el nombre de la universidad y que ésta se privatizaría. Finalmente, la gran mayoría de los alumnos aceptaron que se habían percatado de la información, sin poner la suficiente atención a la misma y se dieron cuenta de que no se trataba de eso, más bien el modelo tendía a ordenar una universidad que estaba creciendo de manera desordenada y que les permitiría mejores condiciones para la movilidad estudiantil, tanto al interior de la propia universidad, como los estudios a nivel nacional y en el extranjero. Está claro que la agitación fue más un movimiento político que académico. ¡Hasta la próxima! ¡Por una Humanidad Culta!
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