Andrea Nicolás, el hijo de 14 años de Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nágera, mejor conocido como Colate, podría pronto tener la oportunidad de expresar ante un juez sus preferencias sobre con cuál de sus padres desea vivir. La disputa legal por su custodia, que se arrastra desde la separación de la pareja en 2012 tras cinco años de matrimonio, podría llegar a un punto decisivo gracias a la intervención de la Corte Familiar de Miami. 

La abogada Sandra Hoyos explicó que, según las leyes de Florida, un menor de 14 años puede ser escuchado si se cumplen ciertos criterios.

“La ley permite que el juez valore la madurez del menor para determinar si puede expresar sus necesidades y deseos. Además, los padres no son informados de lo que el niño diga durante esta audiencia privada”, señaló. 

Colate, por su parte, ha argumentado que Andrea es un joven emocionalmente inteligente, bien adaptado socialmente, con un buen desempeño académico y la madurez necesaria para ser tomado en cuenta en este proceso. Si el juez considera estas cualidades suficientes, podría aceptar hablar directamente con el adolescente, lo que marcaría un hito en este prolongado conflicto. 

La relación entre Paulina Rubio y Colate ha estado plagada de tensiones desde su separación, y recientemente la situación escaló cuando ambos protagonizaron un altercado público en el aeropuerto de Barajas, en Madrid. Según informes, la disputa llegó a tal punto que la Policía tuvo que intervenir. A raíz de este incidente, Rubio busca que las autoridades limiten aún más el contacto de su exmarido con su hijo. 

En caso de que el proceso judicial no avance, Andrea tendrá la libertad legal de decidir con quién vivir una vez que cumpla 18 años.

“En Florida, a partir de esa edad ya son considerados adultos y los planes de custodia dejan de aplicarse”, explicó Hoyos.

Mientras tanto, la resolución de esta disputa sigue en manos de la corte, que deberá evaluar si el menor está preparado para ser parte activa en la decisión sobre su futuro.