Después empezaron a aparecer pequeños esbozos de este tipo de movimiento, hasta que en Madrid en la Plaza del Sol apareció un gran movimiento que estaba formado la mayor parte por jóvenes y desempleados, los llamados hombres en paro. La protesta era contra un sistema político-económico que estaba marginando a gran parte de la población. Este movimiento es un tanto anarquista, se caracteriza por una posición anti-establishment, anticapitalista y muy crítico de la sociedad actual. Se caracterizaba también por no presentar una propuesta de cambio que pudiera servir para negociar con las autoridades las posibilidades del cambio que ellos estaban deseando. En respuesta a la crítica por la falta de una propuesta de su movimiento, afirman que lo que los críticos no entienden es “el valor de integrar un movimiento democrático directo, que no esté controlado por las élites políticas.”
El movimiento siguió creciendo y a la fecha 86 países han tenido presencia de manifestaciones de este tipo y culminó con la invasión de los indignados en Wall Street, que hasta ha provocado ya fricciones con la policía y detenciones. La posición sigue siendo la misma en contra del capitalismo global, que ellos consideran que ha traído la desgracia social, y nuevamente sin propuesta de cómo cambiar la situación. Muchas veces en el proceso de un movimiento surgen proposiciones; el ejemplo más claro fue el 1968 que también se expandió por varias partes del mundo, pero había claramente una idea de hacia adónde querían ir. El efecto del 68, que duró varios años, fue el de una democratización en casi todos los países y también un periodo de tranquilidad, pero no total.
Una de las cosas que ellos reclaman es la falta de empleo y de futuro para los jóvenes. En el 68 el sociólogo francés Alain Turain escribió un ensayo sobre el problema de ascenso social y las universidades, es decir, la idea de que la educación por sí sola llevaría a un cambio total y a una estadía de felicidad en la humanidad, lo que no era compatible con la realidad. Él hacía el símil de una supercarretera: primero el tránsito era muy fácil, no había casi tráfico, es decir, la gente que salía de las universidades entraba en el tránsito del ascenso social sin ningún obstáculo. Pero a medida que se fue congestionando esta avenida, empezó a haber momentos en que no se movía, y él predecía un conflicto al llegar el momento en que el ascenso social no sea determinado solamente por la educación sino que se necesitarían otros factores.
El desempleo que está presente en los países industrializados es el producto también de la modernización de la planta productiva. El uso de la tecnología para ser más competitivo, para vender sus productos, hizo que los hombres fueran reemplazados por máquinas. El extremo es el caso de la industria automotriz en que ya hay robots que hacen lo que hacían antes 20 empleados. El desplazamiento de los trabajadores por la tecnología también ha contribuido a aumentar el número de desempleados en muchos países. Por otro lado, en la persecución de bajos precios de producción empezó un fenómeno que se llama “outsourcing”, es decir, llevar a otra parte la producción buscando siempre los países en que la mano de obra fuera más barata. Así se fueron a Asia, Centroamérica, donde con sueldos muy bajos desplazaron de los países industrializados a los trabajadores que ya de por sí habían sido desplazados por la tecnología.
Viendo esta situación, es imposible dar marcha atrás y eso lo entienden los líderes de este movimiento. El movimiento de Wall Street está anunciando en su página de Internet “Occupy Together” una gran demostración el 29 de octubre cuando el grupo del G20 se reúna en Francia. Por primera vez sacan un mensaje dando una posible solución a los problemas que ellos llaman el 1% Robin Hood Tax, es decir, un impuesto a todas las transacciones financieras y el cambio de moneda. Este daría 1.3 trillones que podría servir para aminorar el problema social que están viviendo los jóvenes.
No se trata de un movimiento que proponga una solución al problema global; es en realidad un movimiento que pone en duda el sistema internacional financiero y culpa a él de todos los males sociales que aquejan a la juventud y los desempleados.