Al inicio, apenas a un par de días de no poderse consultar, la explicación fue la falta de pago por parte de la administración; sin embargo, ese dato deja de ser válido a casi dos meses de no poder ingresar a ese sitio.
Somos usuarios asiduos de ese espacio; las leyes, reglamentos, los ordenamientos jurídicos que rigen nuestra vida en la entidad allí los consultamos.
El artículo 127 en su fracción I establece que serán sancionados los sujetos obligados cuando no publiquen y actualicen en tiempo y forma la información pública de oficio. La ley fue elaborada en 2007, no correspondió a la actual legislatura; sin embargo, es exactamente la institución creadora de los reglamentos la que en este caso la vulnera.
Más que esperar una sanción, lo que intentamos es hacer notar la gran irresponsabilidad que la LI legislatura representa para con la sociedad; en realidad, es incomprensible que en lo individual, o tal vez vía donativos o aportaciones, una gran cantidad de diputados ha invertido o, mejor dicho, gastado en publicidad de su imagen con el pretexto de promover los informes de actividades de su segundo año de gestión. ¿No sería congruente que por lo menos un 1% de ese gasto, no pedimos más, se hubiera destinado al pago del dominio, diseñadores o para liquidar la deuda que se tiene?
Reto a nuestros lectores, a los diputados morelenses a que revisen la red de redes y nos digan cuál o cuáles legislaturas, incluidas las federales, diputados y senadores, tienen inactivas sus páginas de internet. La del Congreso de Morelos es la única en esta circunstancia; y no hayamos, en verdad, por ningún rincón, una explicación lógica de esta aberrante omisión.
El área administrativa del Congreso, incluso la Secretaría de la legislatura, tiene 30 jefes, en igualdad de circunstancias; por supuesto que la Mesa Directiva es la directamente responsable, pero acaso ninguno de esos ocupantes de una curul se ha dado cuenta, o no le interesa, o no percibe la violación legal o de plano es menos que un comino en su tarea diaria cumplir a cabalidad con lo estipulado en la ley.
Que conste que somos cuidadosos de que el diputado Julio Espín no nos acuse –como si nos importara-- de responder a intereses económicos, de hacer señalamientos por no contar con convenio publicitario con la actual legislatura; pero nos aguantaremos. Preferimos donar en todo caso lo poco o mucho que se nos pudiera aportar a cambio de espacios comerciales en nuestros medios –que quede claro, espacios comerciales, no contenidos-- para que se pague o se abone a ese adeudo vergonzoso.
Hasta el más humilde, modesto y sencillo medio de comunicación, negocio, empresa, sin estar obligado a ello, cuenta en el mundo con un espacio de internet; por lo menos para mostrar de forma sencilla la información, servicios o los productos que ofrece.
Pero además, no sabemos si todos, pero sí una mayoría de los diputados a la LI legislatura, tiene activa una página personal de internet. Allí han concentrado sus logros, sus actividades, imágenes diarias, actualizaciones continuas; los diseños, por demás está decirlo, llaman la atención y son profesionales. Vaya incongruencia, para eso sí alcanza. Seguros estamos que con su salario –le llaman dieta-- pagan ese espacio más de proyección y proselitismo, y ninguno tiene interés por la página institucional.
Todavía a las 18:00 horas, momento de la entrega de esta colaboración a nuestro querido y respetado medio, la página www.congresomorelos.gob.mx continuaba inactiva. No aparece siquiera algún mensaje de alerta, disculpa, advertencia de próxima reanudación; un espacio en blanco retrata exactamente el trabajo, eficacia y logros de la actual legislatura.
Desconocemos si el Instituto Morelense de Información Pública y Estadística pueda o deba actuar de oficio, o si es necesaria una denuncia formal; abonamos con esta columna para hacer notar esta violación a la ley que le da origen y que le faculta para sancionar. Mirna Zavala Zúñiga, Esmirna Salinas Muñoz y Salvador Guzmán Zapata, consejeros propietarios, seguramente sabrán cómo actuar.
Lo que sí es seguro es que los legisladores actuales en blanco nos dejarán. Sin logros y muchas fallas; con vergüenzas y contrarreformas, con gastos excesivos y con pretextos. Los entendemos, una página en blanco es la más difícil de llenar.