competidor de gran nivel, colega de la vieja guardia, radiodifusor independiente, locutor de gran cultura, charlista ameno, amigo y cómplice en varias batallas, acalló su voz potente y siempre impostada, al cumplir su ciclo en este mundo.
La madrugada de este domingo 18 de marzo, en Villahermosa, Tabasco, acompañado de otros dos entrañables compañeros: José Antonio Calcáneo Collado, presidente Honorario de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos y Rosalía Buaum, presidenta de la Asociación Nacional de Locutores, nos tocó ser portavoz de la lamentable noticia. Jaime, así nos permitió siempre referirnos, formó parte de ambas agrupaciones y junto con nosotros, participó en la fundación de la Asociación de Periodistas y Comunicadores del Estado de Morelos.
A deshoras, como nos lo impone el ejercicio profesional, cruzamos llamada con otro gran maestro: Pablo Rubén Villalobos Hernández, primero para confirmar la noticia y por supuesto compartir nuestro sentir. Pablo, Jaime y quien esto escribe, en la última década, hasta que la salud del hoy recordado lo permitió, nos reuníamos constantemente para avanzar en temas concernientes a la radio y el periodismo en nuestra entidad.
Cada quien, recordará a Jaime Morales Guillén, de acuerdo a su experiencia y relación personal. Alumnos tuvo todos y así lo reconocen públicamente; colaboradores de gran estirpe que en sus medios y a través de ellos han trascendido y se mantienen vigentes en diferentes trincheras.
Competidor en la labor noticiosa y empresarial; vínculo nada sencillo de llevar, nos hizo conocernos y respetarnos. Jaime y su hijo Óscar, como mancuerna manejaron mientras así lo decidieron sus proyectos radiofónicos, televisivos, impresos y la vanguardista internet. A la par del avance tecnológico siempre se permitió aprender y nunca dejó de estudiar; nunca fallaba a las convenciones de la Cámara de Radio y Televisión, a los Congresos Internacionales en esa materia y en los espacios similares de la locución y del periodismo.
Nos acompañamos en la CIRT Morelos, él Presidente y nosotros en la Secretaría General. Junto con Pablo Rubén impulsamos, a la par con la Asociación de Periodistas y Comunicadores de Morelos, la reforma constitucional al artículo 2, que hoy garantiza el Secreto Profesional del periodista. Todo ello como defensa de la tramposa Ley de Transparencia y Acceso a la Información, que desde nuestro punto de vista legaliza la censura. ¿Vencerlo? Nada fácil. En la lucha por la presidencia de la CIRT vivimos una interesante jornada comicial de la cual resultamos triunfadores; los intereses de grupo nos alejaron de esta responsabilidad, pero aun así, con Jaime siempre mantuvimos una relación de respeto, amistad y reconocimiento mutuo.
¡Don Jaime te respeta! Varias veces escuché esa frase de uno de sus más cercanos hombres de confianza, Javier Rojas, que buscó afanosamente que nuestra relación no se maltratara; hoy le reconozco ese empeño porque independientemente de negocios, proyectos o intereses, podemos decir que quien se nos adelantó es un Amigo, así con mayúsculas.
Al concluir nuestro paso por Radio Fórmula hubo muchas muestras de solidaridad y apoyo; una de ellas, no sabemos si la más significativa pero podemos asegurar que una de las más nobles, fue el acercamiento de Jaime y su hijo Óscar. Ambos, sin dudar siquiera, dos días después de conocer la noticia comentada personalmente, en agradable comida, nos ofrecieron integrarnos a su equipo. Las palabras de Jaime fueron de aliento y dentro de la gran experiencia que el hombre significa, llenas de humildad y sinceridad. Eso siempre lo agradeceremos y recordaremos.
Jaime nos acompañó a la presentación del libro "Mi vida son mis Amigos, una historia de los noticiarios de radio en México"' cuyo contenido es la vida de otro grande, Teodoro Rentaría Arróyave. Motivado por las anécdotas allí contadas, Jaime no dejaba de recordar su historia, sus logros y tropiezos, las amenazas y las conquistas, los premios y las injusticias, su salida de Jalisco, su paso por Tamaulipas y su arribo a Morelos; en varias reuniones quisimos motivarle para que nos regalara ese documento que sin lugar a dudas, con su estilo sencillo pero contundente, crítico y directo, sería un aliciente para las nuevas generaciones.
No sabemos si nos haya dejado algún avance en cuartillas; pero ahí están sus comentarios editoriales, que en un trabajo de recopilación son parte de la historia de México y Morelos. Queda el reto para sus sucesores de sangre y profesionales.
El nombre de Jaime Morales Guillén, como el de todos quienes han dedicado su vida o parte de ella al periodismo en Morelos, quedará integrado en el Monumento a la Libertad de Expresión. Tarde o temprano allí estaremos todos, entre iguales, entre quienes encuentran en la palabra escrita o hablada, una forma de servicio a la sociedad.
A sus hijos e hijas, a Cristina Romo, a sus yernos y nueras, al equipo de Grupo Stereo Mundo, nuestro más sentido pésame.
Pues nada... En efecto eso somos: nada.