Las voces en aquel entonces eran insistentes en el cambio de candidato; frente al de la izquierda, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y al de Acción Nacional, Diego Fernández de Cevallos, la permanencia del PRI, como sucedió seis años después, estaba en riesgo. El cambio se dio en circunstancias fatídicas y de negativo impacto para el país tras su asesinato; Ernesto Zedillo gobernó México de 1994 a 2000 y Acción Nacional conquistó ese espacio por primera con en la figura de Vicente Fox Quesada en el arranque del nuevo milenio.
Hoy Acción Nacional, aunque definió a su abanderada en el esquema que les ha dado resultado y satisface su democracia interna, apunta a entregar la Presidencia de la República de nueva cuenta al tricolor. Los ochenta y tantos días de campaña, por donde se quiera ver, se ven insuficientes para remontar la imagen y serie de tropiezos de la mujer panista.
Ernesto Cordero por supuesto que tampoco es garantía de nada; como quedó demostrado en la contienda interna, no es el adecuado ni el que presuma un liderazgo capaz de alcanzar la Presidencia de México. El problema para los panistas no es cualquier cosa: saben de antemano, que entregarán todos los espacios federales con lo que ha lucrado una clase privilegiada durante dos sexenios.
Por lo pronto Josefina se dejó ver en el gimnasio del hotel en donde pernoctó en Baja California, en una muestra de salud plena, a pesar de que también trascendió el que la política padece de presión baja desde hace tiempo.
Cuidadoso y hábil, Andrés Manuel López Obrador, de gira por Morelos, se refirió al tema y solicitó no hacer escarnio del ligero mareo al señalar que todos en campaña encuentran el cansancio; la única diferencia es que AMLO no ha detenido la marcha y aunque sabe de su lejana posición en las encuestas, le es mejor contrincante la Vázquez Mota que algún sustituto en el PAN, ante la posibilidad de subir en las preferencias.
Parálisis legal electoral
Mientras tanto en Morelos todos gozan de plena salud; pero padecen de "parálisis legal electoral". Ninguno puede asomar la cabeza.
Cada uno de los equipos de campaña, ha decidido ocupar sus espacios publicitarios exteriores, con mensajes estratégicos que si bien identifican conceptos no mencionan personajes. Una "veda", por lo menos así llamada, que es consecuencia de una sobre reglamentación, producto de la gran y penosa desconfianza que entre mexicanos tenemos.
Once días más y todos los aspirantes locales soltarán las amarras; veremos si este lapso les ha servido para planear y direccionar fuerzas. Los equipos deberán salir bien afinados y organizados, ése es un detalle que será definitivo en el resultado. Entre menos competencia y división interna exista, más posibilidades de atracción del voto existe.
Amado Orihuela goza de un equipo compacto y de toda su confianza, desde hace varias semanas trabajan en imagen, discurso y oratoria. Trascendió que la vestimenta formal (traje y corbata) será ocupada en la mayoría de los actos; error, consideramos nosotros, si es que esa decisión se ha tomado. Amado es un hombre del campo, del pueblo, de la gente, de Morelos; la camisa, el sombrero, no solo le sientan bien, es su identidad.
Adrián Rivera tiene equipo pero han de involucrarse actores clave en la campaña con experiencia pero no por todos aceptados: Javier López Sánchez y Javier Bolaños Aguilar. Ambos saben cómo y cuándo, por qué y para qué. Este candidato tiene, y lo sabemos todos, el enorme, gigantesco reto de remontar un tercer lugar que tiene consigo dos realidades: el castigo que la sociedad cobrará ante un México inmerso en la violencia por decisión presidencial y el desgaste natural de 12 años de gobiernos panistas.
Graco Ramírez Garrido Abreu desde hace varios años sabe con quien juega y con quien se respalda: Jorge Messeguer y Elena Cepeda los más cercanos. En su imagen ha trabajado por lo menos los últimos tres años, en su actuar político durante una vida de entrega al servicio público. Tiene total control sobre sus operadores, la estrategia ya está definida: lunes de conferencia de prensa tempranera y campaña de 25 horas diarias.
Los voceros serán determinantes: Matías Nazario, Julio Aranda y José Montes serán actores que, si logran ser sensibles, humildes y con afán de informar más que de controlar, beneficiarán a sus candidatos.