El debate de siempre de ser una medida anticonstitucional, sobre la posible violación a las garantías individuales, sobre el peligro que conlleva militarizar un Estado, resurgió de inmediato por parte de organismos defensores de los Derechos Humanos y varios legisladores. Sin embargo el Plan Morelos Seguro se aplica como una medida de “reforzamiento”, nos explicó el coronel José Herrera, secretario ejecutivo del Sistema Estatal de Seguridad, al contestarnos que no se trata de una “sustitución” de fuerzas.
Si bien es cierto que debemos exigir de las autoridades castrenses y de la Policía Federal (PF) el que no haya excesos, también es de entenderse que la sociedad civil debe mostrarse colaboradora en esta nueva realidad; tan importante es la respuesta de la autoridad como la denuncia, tan efectivo es el riesgo que corren los elementos en los retenes como la disposición de quien es revisado.
Tanto adultos como jóvenes vivimos y viviremos una nueva experiencia; los retenes, en aquellos momentos difíciles del 2009, se hicieron parte del paisaje urbano. Pero a partir de este miércoles la movilización será de otro tipo, además de esos puntos de revisión habrá patrullaje y esperamos incremento formal en el trabajo de inteligencia militar.
Por supuesto que no podemos variar radicalmente nuestras vidas y rutina, pero en definitiva debemos ser una comunidad más precavida y cuidadosa. Los horarios nocturnos, los lugares a visitar, las afrentas, la ostentación, la provocación, el descuido, la ignorancia del paradero de los hijos, las deshoras, por lo menos en nuestro caso, son cosas del pasado.
¿Qué viene o qué sigue? Gran incertidumbre. La confianza está depositada en las autoridades y en la responsabilidad que tienen sobre garantizar nuestra seguridad. No hay fórmulas –lo sabemos- en esta guerra declarada a la delincuencia organizada, pero los deseos prevalecen para que el México y el Morelos que extrañamos o anhelamos, llegue pronto.
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Poco duró el gusto a los promotores de la imagen de Enrique Peña Nieto, quienes –aunque es responsabilidad directa de los expertos del aire- no calcularon los vientos y los riesgos de sobrevolar la ciudad de Cuernavaca en esta temporada.
Un dirigible (se presume cayó sin consecuencias graves) y dos aeronaves ligeras con lonas impresas tuvieron que abortar su aventura ante el riesgo de ser derribados por “Eolo”, de acuerdo con la mitología griega, dios de los vientos que vivía en la Isla de Eolia con sus seis hijos y sus seis hijas. Zeus le dio el poder de controlar los vientos y los tenía encadenados con gran dominio, liberándolos cuando le viniera de gusto, ya que los vientos podían provocar desastres en el cielo, la tierra y las aguas.
Tal vez si no tomaron en cuenta los elementos científicos, tecnológicos, hoy a disposición de expertos responsables del aire, los mitos y leyendas de la antigua cultura hubieran –y que conste que la de ese tiempo no existe- evitado el gasto y el riesgo.
Se supone que para esos temas tienen asesor; perdón, ex gobernador.