Es necesario tener muy en cuenta esta información, sobre todo cuando comparamos el presupuesto, tanto federal como estatal, asignado a las instituciones de educación superior del país: la UAEM tiene el 4º presupuesto más bajo. Esta semana vimos que la UAEM, una de las mejores universidades de México, reconocida por propios y extraños, tuvo que salir a la calle, para solicitar y exigir que el gobierno estatal cumpla con el compromiso de asignarle una ampliación líquida de 34 millones de pesos, que el día 30 de mayo se había comprometido a entregar para poder pagar los salarios de los trabajadores académicos y administrativos de la UAEM. Vimos al Rector, Dr. Alejandro Vera, encabezando esta marcha, acompañado por los dos Sindicatos, el Académico y el Administrativo, la Federación de Estudiantes, los Colegios de Directores y Profesores, y más de 10 mil estudiantes. Hay que recordar que hace cerca de 8 años atrás, la UAEM también salió a la calle por la misma razón. Es decir, no se trata de un asunto nuevo. Y no es nuevo porque hay que decirlo, desde el año de 1989, el presupuesto asignado por el estado y la federación para el pago de horas docentes es el mismo. ¡Como si desde hace más de 20 años la UAEM no creciera en matrícula y en nuevas carreras, y por lo tanto, en la planta docente! La diferencia entre lo que se asigna y lo que se paga es de más de 12 mil horas docentes, equivalente a más de 60 millones de pesos, que año tras año se van acumulando. ¡Se trata pues de un déficit acumulativo por años! ¿Cómo es que la UAEM ha salido adelante sin caer en su nivel de calidad? Pues, a partir de la asignación de una partida de gastos de operación, se ha tratado de cubrir una parte de este déficit a costa del mantenimiento de las instalaciones, y con la restricción de gastos secundarios. Por eso, ¡la UAEM es una de las universidades públicas más austeras de México! Pero también la calidad se mantiene, porque se cuenta con la planta docente de tiempo completo mejor calificada del país, según la Secretaría de Educación Pública y el CONACYT. Esta planta docente concursa de acuerdo a un sistema de evaluación de la SEP y la Secretaría de Hacienda, por pagos al estímulo al desempeño. La Secretaría de Hacienda, sólo asigna el 30% del presupuesto para el pago de esos estímulos y la UAEM paga, de recursos propios, el 70% restante. Esto equivale a alrededor de 45 millones de pesos anuales, que se acumulan al déficit estructural. Esto es así, desde la creación del programa de estímulos al desempeño, es decir, desde la época del Rector, Mtro. Gerardo Ávila. Finalmente, quiero referirme al tema de las jubilaciones. Poca gente sabe que en la anterior Ley Orgánica de la institución, se establecía que la jubilación se otorgaría a los trabajadores que cumplieran 25 años de labores. Si la UAEM tiene más de 60 años, entonces es comprensible que ahora haya una gran cantidad de trabajadores que se estén jubilando. Actualmente existen más de 500 jubilados, cuya equivalencia en términos económicos rebasa por ahora los 100 millones de pesos, más lo que se acumule semana a semana. Si bien pudimos suprimir ese artículo de jubilación en la nueva Ley Orgánica y logramos modificar los contratos colectivos de los sindicatos, para subir la edad de jubilación de 25 a 35 años de labores de los nuevos integrantes, el problema  no está resuelto, al contrario, si se jubilaran todos los que ya tienen ese derecho, la UAEM y el Estado de Morelos se colapsarían. Cuando se dice que se trata de un déficit estructural, se está aludiendo a estos temas de carácter histórico. En el 2006, se gestionó un apoyo extraordinario de 70 millones de pesos para poder amortiguar el déficit. Pero no se regularizaron, fue un emisión única. Así no se resuelven de raíz, los déficit estructurales de ninguna institución. Fue una aspirina, buena sí, para aliviar el síntoma, pero no para curar la enfermedad. ¡Con sólo 280 millones de pesos regularizables curan a la UAEM! ¡Con más de 300, la consolidan! ¡Y vale la pena, lo merecen los jóvenes! ¡Hasta la próxima!

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