En conferencia de prensa, luego de su proyección en la Cineteca Nacional, Ruizpalacios detalló que se trata de “una cinta sobre los contrastes sociales, políticos y geográficos, y que se vale del blanco y negro para resaltar y destemporalizar los acontecimientos, generando misticismo y magia”.
En la actualidad más del 90 por ciento de las imágenes que vemos son a color y lo que tratamos fue hacer que el espectador mire con otros ojos ese entorno tan cotidiano y tan olvidado a la vez”, expuso.
Sobre sus motivaciones para la construcción del guión, en el cual comparte créditos con Gibrán Portela, dijo que el objetivo “era hablar de la juventud de una manera honesta, de mi generación, a la que le tocó vivir varias huelgas, y de conocer mejor mi ciudad”.
Indicó que si bien el largometraje alude a la huelga del 96, “la intención no fue hacer un documental sobre ésta ni una réplica. Lo que presentamos es una huelga ficticia que tiene muchos elementos claros de esa, pero al mismo tiempo utilizamos elementos que juegan con el tiempo, a fin de desubicar la trama y hacerla más universal”.
A lo largo de 108 minutos, Güeros narra el encuentro entre Sombra y su hermano menor Tomás, quien al visitarlo en la Ciudad de México le imprime energía a su monótona vida.
Sombra y su amigo Santos están en pausa tras la huelga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los tres deciden emprender un viaje para encontrar a Epigmenio Cruz, un legendario músico que escuchaban de niños, y cuyo paradero es desconocido desde mucho tiempo atrás.
Respecto a la construcción de Epigmenio Cruz, Ruizpalacios explicó que viene de una historia sobre Bob Dylan, quien era fanático de un cantante de folk de protesta y que luego de leer que éste agonizaba en un hospital de Brooklyn, Nueva York, emprendió un viaje para visitarlo antes de que muriera.
Bajo este tenor, Cruz es la excusa que pone en marcha a los personajes, a la vez que representa la promesa rota de la generación que precedió a Sombra y Santos, y que su búsqueda hace que los protagonistas trasciendan de la estaticidad a la movilidad, dijo Ruizpalacios.
El cantante en realidad es el último vínculo que los hermanos tienen con su difunto padre, y lo que los vuelve a unir”, agregó.
La cinta, cuyo rodaje fue de poco más de siete semanas e incluye el tema de Veracruz, de Agustín Lara, en voz de Natalia Lafourcade, está hecha al estilo del road movie en alusión a un viaje espiritual disfrazado de un viaje físico.
La cinta, que fue filmada en escenarios de Texcoco, Ciudad Universitaria, La Lagunilla, El Pueblo de Santa Fe y el Zoológico de Chapultepec, así como en Veracruz, podrá apreciarse en salas de ciudades como Guadalajara, Toluca, Monterrey, Cuernavaca, Tuxtla Gutiérrez, Mérida, Cancún, Chetumal, Playa del Carmen y San Cristóbal de las Casas, entre otras. [Excelsior]