La intérprete estadounidense, fue cobijada por el calor de los mexicanos quienes a lo largo de una hora con 30 minutos no dejaron de cantar y aplaudir cada uno de sus éxitos.
Acompañada de su mega banda y un par de coristas, Lana del Rey no sólo cautivó con sus canciones, sino que cada movimiento sensual que realizaba arriba del escenario era festejado por sus fanáticos.
Incluso, la cantante, quien lució un vestido corto floreado, se dio el lujo de bajar del escenario para tomarse la selfie con sus fans, ganándose de inmediato el cariño de los presentes y poniendo en apuros a los chicos de seguridad.