Durante un concierto del tenor italiano Andrea Bocelli el mundo de la música vivió un momento que podría pasar a la historia. Y no nos referimos a algo relacionado con la extraordinaria voz de Bocelli, sino a que el concierto se llevó a cabo dentro del Primer Festival Internacional de Robótica de Italia.
Justo por formar parte de un espectáculo relacionado con la tecnología robótica, los asistentes pudieron ver con lujo de detalle el funcionamiento de YuMi, un sofisticado robot creado por la multinacional suiza ABB que realiza mejor que muchos egresados de bellas artes la difícil tarea de dirigir una orquesta.
YuMi ya había sido probado por ABB, y había sido bastante diestro en el manejo de la batuta. Pero nunca había demostrado su talento al lado de una celebridad al nivel de Bocelli. Si bien, para los legos en la música culta los movimientos de YuMi pueden parecer azarosos, están fríamente calculados y le permitieron “imponer” sus criterios programados a los músicos de la orquesta, que tuvieron que seguir fielmente sus indicaciones con respecto a velocidad, ritmo, volumen sonoro y carácter. El trabajo de YuMi se facilitó porque la música y las matemáticas -y por tanto la programación del robot- son muy similares. Los movimientos de la batuta se basan en un compases binarios, ternarios y cuaternarios.
Andrea Bocelli acompañó al robot YuMi cantando La donna è mobile, la canción principal del tercer acto del Rigoletto de Giuseppe Verdi. La habilidad de YuMi impresionó al mismísimo Andrea Colombini, directora del Teatro Verdi de Pisa, Italia, quien quedó maravillado con el robot. Aquí puedes ver parte del acto de YuMi, incluyendo su encuentro con Bocelli y parte de al canción que compartieron.