En un desastre todos queremos ayudar, pero en muchas ocasiones no podemos trasladarnos al lugar de los hechos, tomar un pico, una pala y sacar escombros, para salvar una vida. Ese deseo exacerbado de querer colaborar nos hace compartir a través de las redes sociales cualquier información que pasa por nuestros muros y timeline sin antes haberla verificado. No podemos enojarnos con las personas que lo hacen, después de todo, ellas sólo quien ayudar en lo que pueden.
El ruido en las redes, sobre todo en estos casos, puede impedir que la información real, fidedigna, llegue rápido a donde debe llegar. Tengamos presente que hay que despejar internet como despejamos las calles para que pase la ambulancia.
Con unos sencillos pasos puedes hacer que tus mensajes se difundan rápidamente y salven vidas.
- Comparte sólo datos verificados, o que sean publicados por instituciones oficiales como la cruz Roja Mexicana o Protección Civil.
- Si estás en el lugar en dónde está ocurriendo el hecho, así hazlo saber y en la medida de lo posible comparte una foto que sirva de testimonio.
- Indica qué se necesita y el lugar dónde se necesita
- Incluye el día y la hora en la que haces la petición para evitar confundir a los que quieren ayudar llevando alimentos, medicinas o material.
- Si tu requerimiento ya fue cubierto infórmalo inmediatamente y borra el mensaje original, así ayudas a que no cree un exceso de ayuda en un punto y en otros no llegue a tiempo.
Internet es un invento hermoso, la cúspide de la comunicación humana; el lugar en el que nos encanta estar. Seamos dignos de él y no lo usemos para compartir información falsa, bromas innecesarias, o discusiones políticas que no ayuden a solucionar la situación por la que nosotros, nuestra familia, un amigo o un completo desconocido están pasando.
Lo mismo en las líneas de emergencia traiciónales de los cuerpos médicos, bomberos, policía, etcétera. Una llamada de broma puede costarle la vida a alguien ¡En serio! Enfoquémonos en lo importante: ayudar