CHINA.- En la cúspide del brote de coronavirus en China, el fabricante de productos de cuidado para la piel Forest Cabin cerró más de la mitad de sus 300 tiendas en el país mientras los clientes se quedaban en casa. Ante el desplome en las ventas, el fundador Sun Laichun decidió que era el momento de llegar a sus clientes de forma más directa.
“Sabíamos que era el momento de enfocarnos en una estrategia en línea para sobrevivir”, dijo Sun. Pero la compañía no lanzó un bombardeo de anuncios por internet ni grandes promociones. En lugar de eso, entrenó a cientos de sus vendedores para que comenzaran a transmitir videos en vivo con consejos sobre cuidado para la piel donde la audiencia pudiera comprar productos sin jamás alejarse de sus pantallas. En cuestión de un mes, las ventas de febrero de Forest Cabin habían subido aproximadamente 20% en comparación con el año pasado, a pesar del desplome en las ventas en tienda, de acuerdo con Sun.
En estos días, los clientes han comenzado a regresar a los centros comerciales y tiendas conforme China surge de su largo invierno causado por el coronavirus. Pero tantas tiendas terminaron optando por la transmisión en vivo que provocaron un nuevo auge en el “shoppertainment” (entretenimiento a compradores) chino que permite que los vendedores interactúen con los distantes clientes en tiempo real.
Algunas de las compañías de comercio electrónico más grandes de China le apuestan a la transmisión en vivo. La cantidad de clientes primerizos de la plataforma Taobao Live de Alibaba se multiplicó por más de siete en febrero, mientras que las sesiones en vivo de Pinduoduo se quintuplicaron de febrero a marzo. En general, los ingresos por transmisiones en vivo para comercio electrónico probablemente se dupliquen este año a 961.000 millones de yuanes (136.000 millones de dólares), según la firma china de inteligencia de mercado iiMedia Research.
Las transmisiones en vivo también han creado un lucrativo nicho para los astros existentes de estas transmisiones que ahora cobran considerables comisiones, ya que sus programas atraen a millones de espectadores. La tendencia incluso podría sugerir alternativas para los afectados minoristas en Estados Unidos y Europa mientras esas regiones lidian con las cuarentenas y donde los clientes siguen recelosos de las aglomeraciones.