Un castor le jugó una mala broma a los habitantes de Tumbler Ridge, quienes se quedaron sin internet ni TV este fin semana.
Cuando nos quedamos sin conexión a internet regularmente es por alguna falla asociada al proveedor de servicio. Curiosamente hay situaciones en las que la naturaleza nos hace una mala jugada y tal es el caso de Canadá, quien culpa a los castores de una caída ocurrida el fin de semana.
De acuerdo con CBC, cientos de personas se quedaron sin acceso a internet en Tumbler Ridge, un municipio al noreste de la Columbia Británica. Un grupo de castores mordió un cable de fibra óptica, dejando sin conexión a los habitantes del poblado.
Según los reportes locales, los castores cavaron un agujero y mordieron un cable que estaba enterrado a un metro de profundidad. Los roedores masticaron el conducto y posteriormente trozaron el cable en múltiples ubicaciones, interrumpiendo los servicios de internet y TV por cable.
Una fotografía del equipo de soporte muestra que los castores usaron este material para construir su casa. La reparación del daño significó un reto para los técnicos, puesto que parte del suelo estaba parcialmente congelado. De igual modo el trozar la fibra terminó por afectar los servicios de telefonía móvil
Tras horas de trabajo, Telus reestableció el servicio y continuó el análisis de terreno para determinar si los castores mordieron más partes de cable. Al momento de la publicación de esta nota, ningún castor fue arrestado o se encuentra bajo investigación.
La mordedura de cables no es exclusiva de los castores
Pese a que el incidente es una mera curiosidad del norte de Canadá, la mordedura de cables no es exclusiva de castores. Empresas como Google se aseguran que sus cables de fibra submarinos estén protegidos ante los ataques de un tiburón.
Los cables submarinos son responsables de la transmisión de datos y un rompimiento dejaría a cientos de miles de personas sin conexión. A diferencia de los cables de cobre, los tiburones son atraídos por el campo magnético creado por los cables de fibra óptica.
Aunque estos cables cuentan con un blindaje para proteger su integridad, las tecnológicas redoblan esfuerzos cada año para evitar fallos. Según The Guardian, los cables del Atlántico requieren más de 50 reparaciones al año por fallos atribuidos a mordeduras, terremotos y barcos pesqueros.
En enero de 2019, el ancla de un barco arrastró un cable submarino hasta dañarlo. Esto provocó que más de 177 islas de Tonga se quedaran sin acceso a internet, obligando al gobierno a habilitar conexiones satelitales para cubrir emergencias.
Un año antes, seis países de África se quedaron sin internet por la ruptura de un cable submarino que pertenece a Oracle.