Microsoft ha dejado de fabricar la Xbox One en todos sus modelos, incluyendo los más recientes que llegaron justo antes de la generación actual. Un movimiento que funciona en sentido contrario al de Sony, que ayer confirmaba que continuará fabricando y vendiendo PS4 ante la dificultad de abastecer la demanda de PS5. Y lo hizo hace más de un año.
El fin de la generación llegó justo un mes después de la llegada de la Series X|S, como ha confirmado Microsoft a The Verge. Lógicamente, la compañía puso fin a la generación de Xbox One, pero no a sus juegos ni a su ecosistema, en tanto a que los títulos siguen siendo compatibles con la generación de la Series X|S, algo que ha ayudado a que el movimiento pase totalmente desapercibido.
Aun con el lanzamiento de las nuevas consolas en 2020, la compañía seguía ofreciendo la Xbox One X y S a través del stock disponible en diferentes retailers, incluso con grandes descuentos en la One S:
“Para centrarnos en la producción de Xbox Series X/S, detuvimos la producción de todas las consolas Xbox One a fines de 2020”, declaró Cindy Walker, directora sénior de marketing de productos de la consola Xbox, en un comunicado a The Verge.
Gracias al stock disponible y a la retrocompatibilidad no había necesidad de fabricar más Xbox One
La Xbox One S fue presentada durante el E3 de 2016, y un año más tarde, la X se presentó como un modelo más potente, en línea con la estrategia de Sony con la PS4 Pro. No obstante, el anunció de la Xbox One X también puso el clavo en la tumba del primer modelo de Xbox One, que se discontinuó oficialmente el 27 de agosto de 2017.
Con esta confirmación, queda claro que tanto la X com la S pasan a estar totalmente descatalogadas, y aquellos que quieran hacer con una lo tendrán algo complicado conforme el stock actual está desapareciendo.
De hecho, parece ser más fácil hacerse con una Xbox Series S, gracias al stock disponible en la mayoría de los grandes retailers que comprar una antigua Xbox One S nueva, cuya disponibilidad es inexistente en los grandes comercios que en estos años se han ido deshaciendo del stock. Una desaparición de las estanterías reforzada por la pandemia que aumentó la ventas de consolas y la imposibilidad inicial de hacerse con uo de los modelos de nueva generación.
Las cosas, no obstante, han ido cambiando para Microsoft. De un lanzamiento muy limitado tanto de la Series X como la de la Series S, la compañía ha confirmado además que pueden mantener una relativa normalidad en la fabricación de las consolas de nueva generación, incluso con la escasez de chips, lo que ha beneficiado especialmente al modelo más barato de los disponibles, puesto que pueden fabricar más chips en mismo espacio:
"De hecho, podemos construir más [chips] de la Serie S en el mismo espacio de troquel [chip] que podemos construir con la Series X".
Esta confirmación pone de relieve el fin de una generación que pasó algo más desapercibida para Microsoft en comparación a cómo le fue a la 360. Quizás en parte por lo errático del anuncio oficial en 2013, la inclusión de Kinect y el limitado catálogo de exclusivos a mitad de generación. Al menos si lo comparamos con la misma generación de Sony.