La guerra que inició Rusia en contra de Ucrania es narrada en directo a través de Twitter. Apenas el mundo se enteró de la decisión del presidente ruso Vladimir Putin de incursionar militarmente en territorio ucraniano, las redes sociales empezaron a colmarse de reacciones de líderes mundiales y ciudadanos, incluso algunos chistes fuera de ocasión.
Enseguida inició la avalancha de información: miles de cuentas replicando videos de las primeras explosiones en Ucrania, de los misiles y helicópteros rusos surcando el cielo vecino. A la par empezaron los llamados a la cautela, como el de la periodista Dori Toribio: “cuidado con lo que circula. Especialmente los videos. La desinformación y propaganda es siempre parte de la guerra”.
Vladimir Cortés, oficial del programa de Derechos Digitales de Artículo 19 México, considera que el antídoto contra la desinformación y la manipulación de la información en torno a la guerra desatada por Rusia contra Ucrania siempre será el escepticismo y la duda.
“Frente a la cadena que nos puedan compartir en WhatsApp o en otra red social, revisar, contrastar y dudar de los contenidos”, apunta.
“La desinformación es un fenómeno que vimos en el contexto de la pandemia, lo vemos en los contextos electorales, pero aparejado a eso surgen iniciativas de verificación de información, esfuerzos para distinguir los videos que se comparten, verificar si realmente se trata de un video en Ucrania o se trata de algún video que se está propagando, pero que responde a algún otro contexto o que sucedió en algún otro lugar”, señaló en entrevista Vladimir Cortés.
“Nuevamente el espacio digital vuelve a tener un protagonismo importante como un espacio de conversación. Me viene a la mente lo que sucedió en su momento con la Primavera Árabe: cómo las tecnologías de la información también jugaron un papel no solamente para que las personas conociéramos lo que estaba sucediendo en Egipto, en Túnez, sino también lo que significó en términos del empoderamiento ciudadano. Nuevamente el foco está puesto sobre el espacio digital”.
“Dentro de este mismo fenómeno si bien puede haber algunos elementos que puedan confundir o hacer más brumoso el acceder a la información, la posibilidad de que tengamos el acceso a distintas fuentes y tengamos esfuerzos que están colocando sobre la mesa ejercicios de verificación, eso es lo que tenemos que estar cuidando mucho, que no se restrinjan acceso a canales de comunicación, sino que se sigan preservando”, hace ver.
Dudar ayuda, pero no basta, menos en un contexto en el que la información de un conflicto bélico de gran escala como el que desató Rusia, en el que la información fluye a mil por hora. Además de ser escéptico ante la información que se tiene delante, dice Vladimir Cortés, la ciudadanía también debe “consultar la mayor diversidad de fuentes periodísticas, organizaciones de verificación de información, en distintos idiomas”.
“Ante los titulares muy llamativos, hay que revisar los contenidos ¿quién lo está diciendo? ¿en qué contexto lo está diciendo? En la medida en la que la ciudadanía se pueda allegar de más información y puedan contrastarla, mejor. Y dudar de lo que estoy leyendo porque puede ser propaganda o alguna información que esté queriendo distorsionar o generar más pánico”, apunta.
“Alguien puede leer que ‘por la guerra va a haber una escases enorme de tal o cual cosa’ o ‘se van a disparar los precios’. Sí, va a haber un impacto importante, pero primero analicemos la información. Toda la información que estemos recibiendo tratemos de filtrarla, de plantear dudas y allegarse de otras fuentes, aun aquellas con las que no comulgamos”, añade el encargado del programa de Derechos Digitales de la organización Artículo 19 en México.
En un contexto en el que se generan millones de tuits por hora, que comparten miles de ligas o cientos de videos, contar con mayor diversidad de fuentes oficiales, periodísticas, ciudadanas, es fundamental “para uno mismo generar sus propias opiniones sobre lo que está pasando en este conflicto bélico, que es un tema complejo porque implica historia, seguridad, geopolítica”.
“En este contexto de crisis es cuando más se tiene que proteger la libertad de expresión. Es decir, que desde distintas esferas podamos todos acceder a la diversidad de fuentes. Que se garantice también que las personas puedan documentar y reportar todo lo que está sucediendo. Ante esto los Estados y las mismas plataformas tienen la responsabilidad de garantizar que se dé este flujo de informaciones”, señaló Vladimir Cortés, encargado del programa de Derechos Digitales de Artículo 19 México.
“No es una respuesta de buenos y malos, hay demasiados matices que necesitamos observar y el enriquecernos con estas diferentes fuentes de información nos va a permitir mirar esos matices sobre lo que está sucediendo”, insiste Cortés.
Aunado a la responsabilidad ciudadana sobre la información que se consume y se comparte sobre la guerra que Rusia declaró a Ucrania, está la obligación de las plataformas digitales y los Estados de garantizar el derecho a la libre expresión y al acceso a la información.
“Como antecedente está lo que pasó en la guerra en Siria: se empezaron subir muchos materiales que constituían violaciones a derechos humanos y lo que hacían algunas plataformas era bajar esos contenidos. Ahí justamente son las consideraciones de decir ‘cuidado con lo que se baja’ porque eventualmente puede constituir un elemento para un posible juicio o documentación de violaciones a derechos humanos”, advierte Cortés.
Y cierra: “seguramente a lo largo de esta historia vamos a seguir observando este protagonismo y esta relevancia que tiene el espacio digital para toda la ciudadanía y desde luego también para medios de información, organizaciones de derechos humanos, para la respuesta humanitaria que pueda llegar a surgir. Tiene distintas dimensiones, pero nuevamente se reafirma la vitalidad que tiene el espacio digital y la digitalización en todos los sentidos”.