El cerco de la Unión Europea a Google, Apple, Meta y Amazon se ha consumado esta semana con la primera de las dos leyes con las que Bruselas quiere romper el modelo de negocio de las grandes tecnológicas.
Tras constatar que las normas de libre competencia existentes hasta ahora no han evitado el abuso de poder de las plataformas, en poco más de un año desde que la Comisión Europea presentó la propuesta, la UE ha aprobado la nueva ley antimonopolio para los gigantes de internet.
Y es que hasta ahora, Bruselas ha abierto cuatro causas contra Google, otras tantas contra Amazon, tres contra Apple y una contra Meta.
“Lo que hemos aprendido en estos años es que podemos corregir en casos puntuales, podemos sancionar comportamientos ilegales, pero cuando las cosas se vuelven sistemáticas, entonces también necesitamos regulación”, afirmó este viernes la vicepresidenta del Ejecutivo comunitario para la Era Digital, Margrethe Vestager, en la rueda de prensa tras el acuerdo alcanzado anoche.
Las instituciones europeas pactaron la directiva que regula las tiendas de aplicaciones móviles, las búsquedas en internet, restringe el uso que los gigantes de internet hacen de los datos personales y modifica las reglas de la publicidad personalizada, el principal negocio de las plataformas.
Cuando la normativa entre en vigor el año que viene, los usuarios tendrán que poder eliminar las aplicaciones móviles que una compañías haya instalado por defecto en los dispositivos móviles, por ejemplo el buscador Google Chrome en los teléfonos del sistema operativo Android.
También tendrán que tener la opción de instalar una tienda de aplicaciones móviles distinta a la que ofrece la marca del dispositivo, de tal manera que, por ejemplo, los usuarios de Android puedan adquirir la App Store de Apple y viceversa.
Los gigantes de internet tampoco podrán favorecer sus propios productos en los servicios de búsqueda y estarán obligados a permitir que los usuarios adquieran bienes directamente desde las páginas web de otras empresas.
La normativa prohíbe a las empresas combinar los datos personales que adquieren de los usuarios a través de sus múltiples servicios (que Meta cruce la información que obtiene de su servicio de mensajería WhatsApp), a no ser que tengan un consentimiento expreso de los clientes.
Respecto a la publicidad personalizada, los usuarios también tendrán que dar su consentimiento sobre la forma en que las compañías recogen y cruzan sus datos personales.
No obstante, la Eurocámara no ha logrado que salga adelante la prohibición de los anuncios personalizados a los menores, medida que podría incluirse en la ley de servicios digitales, la segunda de las leyes con las que Bruselas persigue a las tecnológicas, apunto de ser acordada y que exige transparencia en el funcionamiento de los algoritmos.
Según la directiva, los servicios de mensajería de las grandes plataformas tendrán que ser compatibles con plataformas más pequeñas.
Obligaciones que tendrán que cumplir las compañías con un valor de mercado de al menos 75,000 millones de euros y en caso de que las incumplan, la Comisión Europea pueda imponerles multas de hasta el 20% de su facturación anual e incluso fragmentar la empresa, si infringen tres veces la norma en ocho años.
La norma “tendrá un impacto significativo”, afirmó Google en un comunicado, que aseguró que “apoyan muchos de las ambiciones” de la directiva “en torno a la elección del consumidor y la interoperabilidad”, pero señaló que “algunas de las reglas” pueden reducir la innovación y la elección disponible para los europeos.
“Este es un gran momento para los consumidores y las empresas que han sufrido las prácticas dañinas de las grandes tecnológicas”, aseguró la subdirectora general de la Asociación Europea de Consumidores (BEUC), Ursula Pachl.