Un artículo publicado en la revista The Astrophysics Journal Letters ha revelado que la gran colección de satélites de órbita baja de SpaceX ha aparecido en alrededor de una quinta parte de las imágenes crepusculares de una instalación astronómica. Eso sí, la investigación señala que las apariencias tienen un efecto muy pequeño en lo que los astrónomos pueden observar realmente. Pero están afectando.
Hasta ahora se han lanzado un total de 2.042 satélites Starlink desde que se estrenaran en el cielo en febrero de 2018 los dos primeros, aunque muchos han fallado o han sido dados de baja en el espacio.
El objetivo de Starlink Internet es ofrecer acceso a Internet a la mayor parte de la Tierra, particularmente a las áreas rurales más desatendidas. Sin embargo, las constelaciones Starlink de próxima generación podrían acabar siendo hasta 42.000 dispositivos ubicados en órbita terrestre baja (no solo de la compañía de Elon Musk, también de otras empresas), algo que genera una gran preocupación en la comunidad científica.
Este estudio pretende arrojar algo de luz, proporcionando una estimación de su impacto en las imágenes capturadas por Zwicky Transient Facility (ZTF), un instrumento que opera desde el Observatorio Palomar de Caltech cerca de San Diego.
El problema reside en que estos satélites reflejan la luz del sol al amanecer y al anochecer, centelleando y creando rayas en las imágenes: casi una de cada cinco imágenes tomadas al atardecer muestra rayas de satélite.
“En 2019, el 0,5% de las imágenes del crepúsculo se vieron afectadas, y ahora ya es casi el 20%”, expuso Przemek Mróz, de la Universidad de Varsovia en Polonia y autor principal del estudio. “No esperamos que los satélites Starlink afecten las imágenes que no son del crepúsculo, pero si la constelación de satélites de otras compañías entra en órbitas más altas, esto podría causar problemas para las observaciones que no son del crepúsculo”, aclara Mróz.