La fictisexualidad o fictofilia hace referencia a la inclinación de los individuos por sentir atracción sexual (o amorosa) por personas, o más bien personajes, que no existen. Este es el caso de Akihiko Kondo, quien hace cuatro años, se casó en Japón con un holograma de la cantante pop de sus sueños, Hatsune Miku, un personaje femenino que se alzó con el honor de ser la primera cantante virtual japonesa.
¿El amor lo puede todo?
Aunque lo de casarse con un holograma puede que nos recuerde, nuevamente, a un capítulo de la exitosa serie de ciencia ficción 'Black Mirror' de Netflix, no forma parte de la ficción. Kondo decidió casarse durante una ceremonia en Tokio para la que se gastó 2 millones de yenes (unos 14 000 euros) con un holograma animado de 16 años con enormes ojos y largas coletas de color aguamarina (que flotaba en un dispositivo colocado en una superficie plana con un coste de alrededor 2 600 euros).
A la boda, acudieron unos 40 invitados que vieron cómo Kondo se casaba con Miku, en forma de muñeco de peluche, para inmortalizar tal momento.
Con el paso del tiempo, Miku, su esposa holográfica (aunque legalmente este matrimonio no tiene ninguna validez) le despertaba cada mañana y le recibía con las luces encendidas al llegar a casa. Gatebox, la compañía que produjo el dispositivo emitió un 'certificado de matrimonio', que certificaba que un personaje humano y uno virtual se casaban 'más allá de las dimensiones'.
Sin embargo, lo que ha cambiado desde aquel momento de 2018 a la actualidad es que Akihiko Kondo, de 35 años de edad, ya no es capaz de conversar con ella porque la licencia de software ha expirado y la empresa canceló el servicio oficialmente en marzo de 2020.