Magdalena II es la última planta fotovoltaica que ha construido la italiana Enel en México, pero hay planes para más proyectos que esperan retomar pronto. La particularidad de este parque es que es el único que cuenta con una tecnología de paneles bifaciales en el país, la cual permite un aprovechamiento mayor de la radiación solar.
Si bien, estos paneles bifaciales son la parte central en Magdalena II, ésta es una planta que usa muchas tecnología e innovación, indica Bruno Riga, director de Centroamérica y México de Enel, durante un recorrido por la central solar.
¿Pero qué son los paneles bifaciales? Son módulos que pueden producir energía por ambos lados, por la la parte frontal y de atrás, esto permite aumentar el rendimiento entre un 10 y 15%.
Estos paneles además de absorber los rayos del sol de manera directa, igual lo hace con la luz reflejada en el suelo que rebota y es captada por el módulo por el lado posterior y también recibe energía de la luz difusa (proyectada de otros elementos como las nubes).
“La ventaja de usar esta tecnología es que entre 10 y 12 meses se logra construir una planta de este tipo”, explica Riga.
Magdalena II inició su construcción en 2018 y concluyo a mediados de 2019, en septiembre de ese año inyectó su primer megavatio (MW) a la red eléctrica y en diciembre ya fue el 100%. Con esta planta, Enel participa en el Mercado Eléctrica Mayorista, la energía se la oferta al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
La planta fotovoltaica Magdalena II está compuesta por 548,772 paneles bifaciales, abarca 443 hectáreas, de las cuales 436 son de puros módulos solares. La central tiene una capacidad instalada de 221 MW y genera 600 gigavatios por hora al año, esto equivale al consumo de 456,000 hogares.
Magdalena II también es el primer parque en el que Enel implementa una tecnología string inverter, es decir, tiene instalados inversores en campo, que convierten la electricidad producida por los paneles solares de corriente continua a corriente alterna.
La energía que se convierte en los inversores, se envía a las cabinas de transformación. El parque está conformado por 2,240 inversores y esta agrupado en 47 cabinas de transformación.
En el centro de transformación de la planta fotovoltaica llega la corriente alterna en baja tensión que se convirtió en los inversores, pero esta se tiene que transformar a alta tensión para poder transportarla.
En el cetro se tiene un transformador elevador, para elevar la baja tensión que llega en 800 volts a 34.5 kilovolts.
Además de esto, los paneles se van orientando en función de la posición del sol con mecanismo denominados trackers (seguidores). La parte mas relevante de estos, es el algoritmo que define el movimiento del motor, pues define el ángulo de los paneles.
Magdalena II tiene instalados 5,633 seguidores, los cuales están programados para que el panel este posicionado hacia el máximo aprovechamiento de la radiación solar.
“¿Cómo nos aseguramos de que el seguimiento se está dando? Tenemos unos sistemas SCADA (Control Supervisor y Adquisición de Datos) en la subestación, donde en tiempo real se está monitoreando la eficiencia de la producción”, apunta el superintendente de la planta, Javier Martínez.
En la planta fotovoltaica de Enel también se ejecuta un sistema de limpieza para los paneles bifaciales. No se hace todos los días, detrás hay un sistema de inteligencia artificial que calcula cuándo intervenir, dependiendo del nivel de suciedad, pues esta resta eficiencia a los módulos.
Cuando se tiene un nivel alto de suciedad, se envían los equipos para lavar los panales, son tractores con u brazo mecánico en forma de espiral y se puede usar un sistema mixto, con agua o aire comprimido, el agua se usa cuando hay humedad pues la suciedad se adhiere más a los paneles.
El director de Enel para Centroamérica y México de Enel no vaciló en decir que Magdalena II es una planta fotovoltaica llena de tecnología, pues otro elemento importante son los equipos predictores de radiación solar que hay instalados en puntos estratégicos.
Diario hacen una estimación para los próximos 7 días de cuánto va a ser la producción de energía, esta información que se extrae se envía a la parte comercial para la elaboración de oferta al Cenace.
“Estos sistemas sirven también para romper el mito de la intermitencia de las renovables”, asegura Riga, el margen de error es de menos de 5%.
Aparte de la suciedad y material orgánico, a veces también los paneles bifaciales tienen daños por agentes externos, aquí los drones han facilitado a Enel detectar anomalías en todos los panales de la planta fotovoltaica.
Con un dron y una cámara termográfica y una serie de fotos que se hacen durante determinado tiempo, altura y velocidad, pueden detectar patrones de daños.
Es volar el dron a 30 metros, a no más de 3 metros por segundo de velocidad y viendo el panel de manera perpendicular. Se va realizando fotos cada 2 segundos, crea un mapa completo del campo, son 47 campos en la planta.
La revisión se hace por campo, así es posible tener la localización por GPS y detectar el panel dañado y la anomalía. Esto no solo permite localizar paneles dañados, también se le da un uso predictivo a fallas, con lo que se puede anticipar y corregirlas.
“Nosotros como Enel a escala global somos el operador privado más grande en energías renovables, somos los líderes, tenemos una capacidad instalada importante y presencia en varios países, apoyando a la transición energética. La tecnología hoy está en un nivel de desarrollo que te permite modificar tu matriz energética”.
“Esta es la última planta que hemos construido aquí en México, pero confiamos en que pronto podremos retomar nuevos proyectos”, confía Bruno Riga.