El cultivo de tejidos humanos en placas de Petri tiene una importante desventaja y es que las células crecidas en entornos estáticos no están entrenadas para doblarse y moverse como las que hay naturalmente. Un equipo científico ha propuesto un nuevo concepto para poder lograr que sean más flexibles, informa el sitio web BGR.
La técnica, desarrollada en la Universidad de Oxford, hace crecer a las células directamente sobre unos esqueletos robóticos que tienen movimiento. Para realizar pruebas sobre este enfoque, los científicos construyeron una articulación de hombro artificial que reproduce con precisión los movimientos del hombro humano. Encima de esta se aplicó un biorreactor que incluía cadenas de filamentos biodegradables que se extendían entre dos puntos de anclaje.
Al cultivar un tendón o un tejido muscular sobre el robot humanoide, se podría esperar que esas células sean más flexibles y se estiren como las naturales, lo cual podría permitir un avance en el tratamiento médico en una variedad de situaciones.
Este concepto de ingeniería de tejidos tiene un largo camino por recorrer antes de ser sometido a pruebas en humanos. Los creadores esperan que en el futuro, su enfoque pueda ser utilizado en la creación de injertos de tejido funcional, indica RT.