La India es uno de los países del mundo (junto a China) donde más motos hay por habitante y kilómetro cuadrado. Al mismo tiempo, India es uno de los tres países más contaminados del planeta, algo directamente relacionado con la cultura de la movilidad que hay en el país, donde se generan toneladas de gases de efecto invernadero al año.
Sin embargo esto podría estar a punto de cambiar, ya que las motos eléctricas podrían ir adueñándose poco a poco del espacio urbano de la India, reduciendo las emisiones y mejorando la movilidad en sus calles.
Una nueva forma de moverse en scooter
Con una empresa matriz respaldada por la firma inversora japonesa, Softbank, esta puesta en marcha es muy ambiciosa. Una vez que funcione a plena capacidad, la compañía espera que esta fábrica de la compañía Ola Electric produzca más scooters eléctricas que cualquier otra planta en el mundo. Gran parte del trabajo de la línea de ensamblaje lo realizan robots, que transportan rápidamente las piezas del scooter y las sueldan, con mucha más precisión que cualquier humano.
Sin embargo, quizás lo más sorprendente de esta fábrica no sea su tamaño gigantesco, de más de 500 hectáreas, sino que la mayor parte de la mano de obra que emplea son mujeres. Éstas constituyen la mayor parte de la plantilla, que actualmente asciende a entre 1.700 y 1.800 empleados.
Sin embargo, el lanzamiento del producto no ha ido bien. Ola Electric lanzó sus primeros modelos, que funcionan con baterías recargables, en agosto de 2021, gestionando más de 100.000 pedidos en las primeras 24 horas. Pero desde que se realizaron las primeras entregas en diciembre de ese año, algunos clientes se han quejado en las redes sociales de problemas técnicos, que la empresa ha corrido a solucionar para evitar una crisis de reputación online que afecte a sus perspectivas de negocio y de crecimiento.
Una revolución verde
La llegada de scooters eléctricos asequibles a la India el año pasado supuso un acontecimiento sin precedentes. Al igual que muchos países, la India está tratando de encontrar la manera de conseguir que sus 1.400 millones de habitantes dejen de utilizar vehículos de gasolina y diésel, y den el salto hacia los vehículos eléctricos.
Además de superar con creces objetivos de cero emisiones netas de dióxido de carbono, la India también está peleando contra una creciente inflación, que está provocando que el coste de la vida sea mayor y que muchas personas no puedan permitirse comprarse una moto nueva, por barata que sea.
A la empresa hindú de scooters eléctricas ya se la empieza a conocer como "el Tesla de las motos". En consecuencia, en marzo, y como parte de la estrategia de transición del país para reducir los costes de importación de petróleo, el gobierno anunció que la empresa obtendría apoyo estatal para fabricar baterías destinadas a vehículos eléctricos que pueden almacenar un total de 20 gigavatios-hora de energía.
Las condiciones climáticas extremas, incluidas las olas de calor y las inundaciones, además de las carreteras en mal estado en algunas partes de la India, lo convierten en un mercado realmente desafiante para los fabricantes de coches eléctricos.