Eric Schmidt, ex CEO de Google, afirmó el pasado de 22 julio en el Foro de Seguridad de Aspen que las potencias mundiales no están preparadas para negociar cómo se gestiona el creciente avance de la inteligencia artificial (AI). En su opinión, esta incapacidad podría debilitar aún más la confianza entre Estados Unidos y China, pudiendo desencadenarse, incluso, un enfrentamiento. El conflicto que cita Schmidt se produciría a escala mundial y sería similar al impacto de la carrera armamentística nuclear que estalló en la Guerra Fría.
El Foro de Seguridad de Aspen se enmarca dentro de las actividades del Instituto Aspen, un foro independiente en el que distintas personalidades discuten sobre nueve temáticas. Suelen tratarse temas que afectan a Estados Unidos y las reuniones se organizan dentro de las fronteras del país, con alguna excepción. Al Foro de Seguridad acuden cada año personajes de primera línea, muchos con cargos ejecutivos.
En su intervención, Schmidt habló del poder que tiene la tecnología de la información y de cómo potencias geopolíticas como Estados Unidos y China necesitan ponerse a dialogar para ver cómo regular la IA y establecer tratados sobre tecnología. En opinión del ex CEO de Google, esta labor no será fácil ya que ambas partes tendrían que llevar a las negociaciones personas con gran conocimiento técnico de la IA y también con visión de futuro. "Digamos que queremos tener una charla con China sobre algún tipo de tratado en torno a las sorpresas de la IA. Es muy razonable. ¿Cómo lo haríamos? ¿Quién en el gobierno de EE.UU. trabajaría con nosotros? Y es aún peor en el lado chino. ¿A quién llamamos? [...] No estamos preparados para las negociaciones que necesitamos", argumenta Schmidt.
Teniendo en cuenta la situación geopolítica del mundo en la actualidad, Schmidt plantea un escenario similar al de la carrera armamentística nuclear de la Guerra Fría, pero con una preocupante menor supervisión. “En los años 50 y 60, acabamos elaborando un mundo en el que había una norma de "no sorpresa" sobre las pruebas nucleares y finalmente se prohibieron. Cuando alguien lanza un misil, para probarlo o lo que sea, lo notifica a todo el mundo. Todo el mundo utiliza entonces su sistema de defensa antimisiles para observar y entrenar los sistemas", explicó.
"Es un ejemplo de equilibrio de confianza o de falta de confianza: es una regla de 'no sorpresas'. Me preocupa mucho que la opinión de EE.UU. sobre China como corrupta o comunista o lo que sea, y la opinión china sobre EE.UU. como fracasada, permita a la gente decir 'Oh, Dios mío, están tramando algo', y entonces comience algún tipo de enigma. Empezar algún tipo de cosa en la que, porque te estás armando o preparando, entonces activas al otro lado", dijo Schmidt.
El ex directivo estructura su discurso sobre la premisa de que muchas potencias mundiales no saben lo que están haciendo sus potenciales adversarios, al menos en lo referente a la inteligencia artificial. En este sentido, si una potencia, teniendo razón o no, sospecha que su enemigo está desarrollando armas autónomas de IA, la tensión entre ambos bandos crecería y el que no andaba desarrollando armas, se pondría a la tarea. Por ahora esto solo es una opinión, pero Schmidt sostiene que el mundo necesita urgentemente considerar estos temas antes de que sea demasiado tarde. Y no es el único que lo piensa.
El propio Elon Musk, tan contrario a la intervención del gobierno, también ha sido una voz destacada que pide una mayor regulación de la IA.
"No tenemos a nadie trabajando en eso y, sin embargo, la IA es así de poderosa", advirtió Schmidt.