Las fundas incluidas en las cajas de los dispositivos móviles de fabricantes como Xiaomi, Oppo o Samsung tienen un problema, y es que siempre pasan a tener un tono crema o amarillo. Esta modificación en el color, aunque se intente, lamentablemente no se puede evitar debido al material usado en su fabricación: TPU (Poliuretano Termoplástico).
Este polímero tiene muchas características que lo hacen ideal para la fabricación de las primeras fundas de los smartphones. Su degradación, sin embargo, es lo que provoca la transición gradual de la tonalidad del material.
Las fundas tienen una función sencilla: la de proteger los dispositivos de posibles golpes o caídas y, de forma adicional, modificar su aspecto exterior. El polímero transparente no llega a cumplir con esta última, pero sí es un material favorable por su resistencia al calor, su gran capacidad de amortiguación y su resistencia a grasas o aceites.
Además, para los usuarios más eco amigables, el TPU es reciclable y puede aplicarse en fibras textiles elásticas, impresión 3D, componentes para autos, suelas de zapatos, entre otros usos industriales.
Estas ventajas y el bajo costo que tiene su producción es lo que hace posible que las fundas transparentes sean incluidas dentro del conjunto de accesorios iniciales de los smartphones.
El principal problema de estas fundas, como se mencionó antes, es que al degradarse, su tonalidad cambia y vuelve al estado original del polímero, que es de un tono amarillento. Este proceso se produce por el contacto de la carcasa con la luz solar, que provoca cambios en el material a nivel molecular gracias al calor que produce.
Comprar otra funda es mejor
Las fundas, tanto de TPU como de silicona, se degradan producto de la exposición al sol y al calor del exterior. Es por eso que la pregunta sobre si existe algún método para evitar que esto suceda o para revertir el proceso es natural. Sin embargo, esto no es posible por más que se usen productos químicos en la carcasa.
Los “trucos”, como utilizar agua y jabón, limpiar la funda con alcohol isopropílico o bañarla en lejía no son efectivos y representan una pérdida de tiempo si lo que se desea es devolver al material a un estado transparente. Lo que sí hacen es desinfectar y limpiar la carcasa pero, como se dijo antes, el cambio de color se debe a la degradación del polímero y no a suciedad acumulada en él como producto de su uso constante.
Si se tiene en cuenta que el material es reciclable, entonces lo ideal para aquellas personas a las que les incomode el tono amarillento de la funda es comprar una nueva luego de un tiempo.
Además, el periodo de degradación del polímero de las fundas no es rápido, sino que toma varios meses alcanzar el color amarillo, por lo que en un periodo de entre 2 y 3 años de vida útil de los dispositivos, se estima que en ese tiempo se usarán apenas un par de ellas.