Amamos las mascotas. Somos una sociedad que ama a los animales. La prueba es que existen comunidades donde es más frecuente encontrar familias con mascotas que con niños.
Lógicamente, cada vez hay más lugares pet-friendly y los productos y servicios enfocados al público con mascotas han experimentado un enorme crecimiento en los últimos años.
Abandonamos demasiados animales
Lamentablemente las cifras de abandono animal son tan elevadas que han colocado el abandono animal como un grave problema social. No solo a nivel moral, sino también a nivel económico.
Tener una mascota es una gran responsabilidad que no debe tomarse nunca a la ligera.
Los animales de compañía son seres vivos, y no deben adquirirse como un capricho o una decisión impulsiva. Los cientos de miles de animales abandonados cada año, indican que no estamos preparados para atender a las mascotas como se merecen. Y esto debe cambiar.
La inteligencia artificial puede ayudar frente al abandono animal
Muchas personas tienen cierto reparo hacia los avances tecnológicos. Los cambios que suponen pueden suponer cierto estrés e incomodidad. Sin embargo, la tecnología bien utilizada puede ser una gran herramienta contra las injusticias sociales. En este caso, contra el abandono animal.
Ventajas de las mascotas virtuales
Serán únicas: cada mascota virtual tendrá su propia personalidad. Esto incluirá alegría, inteligencia, curiosidad, amabilidad y afecto.
Serán muy reales: necesitarán los mismos cuidados que una mascota real para mantenerse sanas y felices. Los propietarios deberemos cubrir todas estas necesidades. Así, jugaremos con la mascota, la limpiaremos, alimentaremos e incluso llevaremos al parque a socializar con amigos. También recogeremos sus excrementos y aprenderemos a comunicarnos con ella. El metaverso de las mascotas será lo más parecido posible a la realidad.
No sufrirán por abandono: habrá abandono, pero a diferencia del mundo real, la mascota virtual no saldrá perjudicada.
Serán un potente recurso educativo: las mascotas virtuales, nos permitirán hacer terapias dirigidas a personas con, por ejemplo, miedo a los perros, o enseñar a los niños cómo acercarse a un animal de otra especie sin riesgo, y otro tipo de usos docentes y clínicos.
Las primeras mascotas virtuales y cómo tener una
Hace décadas que apareció el Tamagotchi. Una mascota virtual a la que había que alimentar y cuidar pero que estaba muy lejos de parecerse en forma a un perro o gato.
Finalmente cayeron en desuso y abandono.
Las mascotas virtuales, serán tremendamente similares a las reales. El primer perro criado en este ambiente se ha bautizado como Laika.
Las mascotas virtuales serán tokens no fungibles protegidos individualmente por sistema NFT y no podrán ser copiados.
Tendrán un precio de venta en el mercado y funcionarán en distintas plataformas.
Las empresas del sector tecnológico son conscientes de la importancia de las mascotas en la vida familiar y están trabajando para traer al mercado las mejores mascotas virtuales.
Otra opción, serán los robots
Como el cyberdog fabricado por Xiaomi. Varias empresas están creando robots que actúan como perros. Te dan la pata y te miran para que generes oxitocina y sientas afecto, ya que estas señales son las que han sido identificadas por los propietarios de mascotas reales como las más importantes a la hora de sentirse queridos por sus perros.
Al igual que las mascotas virtuales, un robot no sufrirá si lo abandonamos en un cajón. Además podrá incluir otras labores, como vídeo vigilancia o limpieza.
¿Problemas de las mascotas virtuales?
Incompatibilidad de software: Podrían no funcionar en todos los metaversos que aparecerán próximamente. Dándose incompatibilidades entre Facebook, Microsoft, y otras plataformas.
Necesidad de Hardware: serán necesarias gafas de realidad virtual y otros gadgets específicos para ver a las mascotas en tres dimensiones.
No pueden sustituir a la mascota real: la tecnología puede crear mascotas que despierten emociones en nosotros y jugar con nuestro cerebro y capacidad de percepción. Pero nunca será comparable al vínculo que establecemos con nuestros verdaderos mejores amigos.
Dificultad de uso en terapias o trabajos de asistencia: las mascotas virtuales difícilmente contarán con las habilidades cognitivas o con el gran olfato con la que cuentan nuestros perros reales. Será por tanto, imposible que desempeñen las labores de utilidad que alcanzan los perros de verdad.