El río Támesis cuenta con una nueva criatura en sus aguas. Se trata de un tiburón-robot que se 'alimenta' de los plásticos contaminantes del río Támesis. La máquina, que funciona con pilas, puede recoger hasta 500 kilos de plástico flotante al día (lo que equivale a 22.700 botellas de plástico) y navegar hasta cinco kilómetros (tres millas). Una vez recogidos los residuos, éstos se reciclan y se les da una segunda vida como envases, bolsas, muebles, materiales de construcción y otros artículos.
Y es que la contaminación se ha convertido en una grave amenaza para la fauna y la flora del Támesis. Diversos estudios han revelado que este río tiene uno de los niveles más altos de microplásticos del mundo. Es muy habitual ver toallitas húmedas, vasos de plástico, tapas de botellas y hasta envases de comida flotando por el río.
El tiburón-robot fue desplegado el pasado 18 de marzo por la marca de agua sostenible Aqua Libra y el grupo Canary Wharf. Y permanecerá en las vías fluviales de la zona al menos tres meses. Durante todo este tiempo, también controlará la calidad del agua para identificar posibles contaminantes que puedan dañar el ecosistema acuático.
¿Cómo es el “tiburón” robot del río Támesis?
Este tiburón-robot está equipado con más de 15 sensores que miden la temperatura, la profundidad, el oxígeno disuelto, la turbidez, las algas y los aceites crudos y refinados. Seguidamente, transmite esa información, etiquetada geográficamente y con fecha y hora, al centro de software que lo acompaña para la elaboración de informes y análisis
WasteShark es una creación de la empresa holandesa RanMarine. Pesa 75 kilogramos y lleva dos propulsores eléctricos que le ayudan a maniobrar en el agua. Tiene una velocidad máxima de 3km/h. Sus creadores insisten en que realiza su trabajo en silencio, ciñéndose a una ruta preestablecida mediante una señal de datos móviles 4G. Se diseñó para el mantenimiento diario de vías fluviales pequeñas a las que no llegan los grandes buques de recogida de residuos.