Durante el periodo de navegación de un usuario es posible que se encuentre con pequeñas tareas o ejercicios sencillos que actúan como verificadores de identidad para determinar si quien está accediendo a una página web es un bot o un humano.

Los “captcha”, palabra que en inglés significa “Prueba pública de Turing completamente automatizada para diferenciar a las computadoras de los humanos”, actúa como un escudo protector para las páginas web y evita el acceso de sus servicios a bots programados.

 
Pese a que pueden parecer sencillos y que es increíble que un robot no pueda resolverlos correctamente, la realidad es que los captcha no solo evalúan la resolución, sino que también analizan el comportamiento previo para determinar si el que accede es un perfil artificial.

Tareas tan sencillas como hacer clic en un recuadro, escribir un código, realizar una suma, identificar una forma o figura, entre otros tipos actúan como una barrera preventiva que prohíbe el acceso a bots tantas veces como sea necesario.

Si una persona falla en la ejecución de una actividad, el captcha se actualizará para mostrar una tarea similar a la anterior hasta que se realice correctamente, algo que un robot no podría superar con éxito.

Entre los tipos más comunes de captcha, porque existen diversas modalidades de comprobación de la identidad, se encuentran los “captchas visuales”. Estas son colecciones de nueve imágenes en las que se indica al usuario identificar un elemento común que aparece solo en algunas. Al hacer clic sobre todas las que cumplen con el requisito indicado y luego sobre el botón “ok” o “verificar”, se permitirá el acceso solo si la tarea fue ejecutada correctamente.

Si el sistema del captcha considera que el humano se equivocó o se trata de un bot, se volverá a mostrar una colección y una indicación diferentes. Lo que evalúa la tarea no solo es si el usuario se equivoca, sino cuánto tiempo se tarda en completarse, mientras que los robots la completan de forma automática, los humanos tardan unos segundos más.

Otro de los ejercicios captcha más comunes son los que solicitan hacer clic sobre un recuadro en el que se confirma que la identidad del usuario corresponde a la de un humano. Aunque parezca una tarea sencilla, existe la posibilidad de completarla de forma incorrecta pues en realidad puede detectar el movimiento del cursor cuando entra en el recuadro.

El mecanismo de identificación de un humano en este caso es sencillo: mientras que una persona suele dirigir el cursor hacia el recuadro, un bot hace que este aparezca sobre él automáticamente y lo pulse al instante. Debido a que el tiempo de respuesta es mínimo, el captcha puede asegurar que quien está intentando acceder a un sitio web es un robot o un perfil automatizado.

Cómo desactivar un captcha

Debido a que esta es una medida de protección establecida por las páginas web para evitar interacciones falsas en sus plataformas (incluido el spam), no es posible que un usuario desactive su aparición. Estas tareas se presentan solo en casos en los que se intenta hacer el envío de un formulario (o acceder a una cuenta) varias veces en poco tiempo pues lo considera un comportamiento sospechoso.

Esto no significa que se presente siempre y en todas las páginas web. Los usuarios que accedan de forma recurrente a un sitio web no tendrán habilitado este tipo de filtros