Elon Musk está nuevamente en el centro de la controversia tras ser acusado por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) de manipular el proceso de compra de acciones de Twitter antes de la adquisición de la compañía en 2022. Según una investigación de la SEC, Musk compró acciones de Twitter a partir de enero de 2022, pero no notificó su posición hasta que había superado el 5% de participación, como requiere la normativa de la SEC. Esto ocurrió entre marzo y abril de ese año, cuando su participación llegó al 9,2%, pero Musk evitó declarar sus compras durante los 10 días que estipula la ley.
La SEC sostiene que este retraso en la notificación permitió a Musk evitar que el precio de las acciones subiera, lo que le permitió seguir adquiriendo más acciones a precios más bajos antes de que el valor de las acciones de Twitter aumentara un 27% después de que se hiciera pública su participación.
Este comportamiento ha sido calificado como una estafa a los inversores, estimando que Musk podría haber causado una pérdida de alrededor de 150 millones de dólares a los accionistas de Twitter. La compra de Twitter por parte de Musk, valorada en 44.000 millones de dólares, fue un proceso tumultuoso y lleno de negociaciones, que incluyó intentos de reducir el precio final de adquisición, en los que la manipulación de las compras de acciones fue un factor clave.
En su defensa, Musk ha reaccionado en redes sociales calificando a la SEC como una "organización rota", acusándola de centrar sus esfuerzos en investigaciones triviales mientras "crímenes reales" quedan impunes. Su abogado, Alex Spiro, defendió al magnate afirmando que la acusación era mínima y que la falta de presentación de un formulario no justifica una penalización significativa.
Este es solo uno de los múltiples enfrentamientos de Musk con la SEC, que ha sido crítica de sus movimientos en el mercado. La denuncia se produce en un contexto político tenso, con la toma de posesión de Donald Trump y la posible dimisión del presidente de la SEC, Gary Gensler.