Un estudio del Instituto Politécnico Nacional (IPN), realizado por investigadores de las Escuelas Nacionales de Ciencias Biológicas y de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, confirmó que la exposición prolongada a las ondas electromagnéticas de teléfonos celulares y redes Wifi genera daños irreversibles en la salud de personas y animales.
En la investigación, que se llevó a cabo entre 2015 y 2020, participaron más de 300 ratones de laboratorio divididos en cinco grupos. Estos fueron expuestos a frecuencias electromagnéticas similares a las emitidas por dispositivos tecnológicos: 860 MHz con 0.5 W de potencia, equivalente a celulares 2G, y 2.5 GHz con 0.1 W, igual a un módem Wifi. Los resultados del estudio fueron alarmantes:
- Daño genético: Se observaron daños severos en el ADN de los ratones, reflejados en alteraciones en la sangre.
- Estrés oxidativo: Los animales presentaron un aumento significativo en los niveles de estrés oxidativo, un desequilibrio que daña las células y tejidos.
- Efectos reproductivos: Los ratones machos exhibieron daño testicular, lo que podría impactar su capacidad reproductiva.
- Problemas neurológicos: Se registraron alteraciones neuropsiquiátricas evidenciadas en electroencefalogramas, así como muerte celular acelerada (apoptosis).
- Desarrollo físico: Los ratones mostraron dificultades en su desarrollo físico y motor.
El Dr. Roberto Linares, líder del proyecto, destacó que estos hallazgos son motivo de gran preocupación, ya que los daños identificados podrían replicarse en humanos debido al uso masivo de dispositivos móviles y redes inalámbricas.
La OMS respalda la investigación
La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer, avaló las conclusiones del estudio al clasificar los campos electromagnéticos como un posible agente cancerígeno en humanos. Si bien aún no se han determinado pruebas concluyentes sobre sus efectos fatales, existen evidencias claras de los riesgos para la salud.
Este estudio abre un debate crucial sobre los efectos a largo plazo de las tecnologías inalámbricas y la necesidad de establecer regulaciones y medidas de prevención que reduzcan el impacto de las ondas electromagnéticas en la salud humana y el medio ambiente.