La Inteligencia Artificial (IA) ha crecido enormemente en los últimos años y está al alcance de muchas personas. Sin embargo, su uso tiene un impacto ambiental que podría sorprenderte. Por ejemplo, cada vez que interactúas con una IA, como ChatGPT, el proceso de generar una respuesta consume recursos, incluidos el agua y la energía.
Para enfriar los servidores que procesan estos datos, se utiliza agua. Un texto de 100 palabras puede requerir aproximadamente 519 mililitros de agua debido al calor generado por los equipos. Si el 10% de la población activa en Estados Unidos usara la IA semanalmente, el consumo de agua podría superar los 435 millones de litros, suficiente para abastecer a un millón de personas por un día y medio.
Alternativamente, algunas instalaciones recurren al aire acondicionado para enfriar los servidores, pero esto aumenta el consumo de energía, similar al gasto de 14 bombillas LED encendidas durante una hora.
Consciente de esta problemática, muchos usuarios y empresas están tomando medidas responsables, buscando mejorar el sistema y, en algunos casos, compensar el consumo de agua generado por el uso de la IA.