NVIDIA ha cruzado un nuevo umbral en su estrategia de precios para las tarjetas gráficas, similar al que Apple estableció hace años: superar los 1.000 euros (alrededor de 1.000 dólares). Aunque la nueva generación RTX 5000 ofrece un aumento notable en el rendimiento, su precio elevado ha generado debates sobre si realmente justifica el gasto.
El lanzamiento de las tarjetas RTX 5000 mostró precios recomendados que ya dejaban claro el alto costo:
- RTX 5090: 2.369 euros (aproximadamente 52,036.74 pesos mexicanos)
- RTX 5080: 1.190 euros (alrededor de 26,139.18 pesos mexicanos)
- RTX 5070 Ti: 899 euros (aproximadamente 19,751.03 pesos mexicanos)
- RTX 5070: 659 euros (cerca de 14,478.23 pesos mexicanos)
Sin embargo, estos precios aumentaron considerablemente al llegar al mercado. Por ejemplo, los modelos de MSI empezaron a venderse a precios más altos:
- RTX 5090: a partir de 2.549 euros (unos 56,001.53 pesos mexicanos)
- RTX 5080: a partir de 1.539 euros (aproximadamente 33,811.83 pesos mexicanos)
- RTX 5070 Ti: a partir de 889,90 euros (alrededor de 19,551.10 pesos mexicanos)
El elevado precio ha hecho que muchas tarjetas gráficas solo estén disponibles como parte de nuevos PCs, lo que refleja una oferta limitada. Además, la recomendación para los usuarios con tarjetas anteriores (GeForce RTX 20 o 30) es clara: la actualización puede ser beneficiosa, pero para los que ya tienen una RTX 40, el salto a la RTX 50 no es tan evidente, a menos que se busque lo último sin importar el coste.
Una de las grandes promesas de esta nueva generación es el DLSS 4, una tecnología propietaria de NVIDIA que mejora el rendimiento de los juegos a través de inteligencia artificial. Sin embargo, esta mejora solo está disponible en las RTX 50, creando un "jardín amurallado" que excluye a la competencia, como AMD. DLSS 4 también introduce la característica de Multi Frame Generation, que permite generar hasta tres fotogramas por cada fotograma renderizado, lo que mejora considerablemente la tasa de fotogramas en juegos compatibles.
El riesgo de esta estrategia es que, al igual que sucedió con CUDA en la industria de la inteligencia artificial, NVIDIA podría hacer de DLSS 4 un estándar de facto. Si eso sucede, la industria quedaría atrapada en un software propietario, limitando las opciones para los usuarios y obligando a los desarrolladores a trabajar dentro del ecosistema cerrado de NVIDIA.
Así, nos encontramos ante una situación en la que el alto precio de estas tarjetas gráficas y la dependencia del software propietario de NVIDIA podría crear un mercado dominado por un solo fabricante, lo que podría traer malas noticias para los usuarios a largo plazo.