La arquitectura RISC-V está ganando terreno como una alternativa abierta y libre frente a las arquitecturas dominantes de Intel y ARM. Este avance es especialmente significativo para China, que busca reducir su dependencia de tecnologías extranjeras ante las sanciones de Estados Unidos. Un ejemplo clave de este progreso es el procesador XuanTie C930 de Alibaba, un chip de alto rendimiento diseñado para servidores y otros entornos exigentes como los coches autónomos.
El XuanTie C930, desarrollado por Damo Academy, la división de investigación de Alibaba, marca un paso importante en la estrategia de autosuficiencia tecnológica del país. Este chip es parte de una iniciativa más amplia en la que participan empresas como Tencent y la Academia de Ciencias de China, así como el gobierno chino, que está promoviendo el desarrollo de chips con arquitectura RISC-V. La creación de un ecosistema basado en esta tecnología busca superar las restricciones impuestas por los países occidentales.
A diferencia de otros chips de alta gama que China no puede acceder debido a las sanciones, el XuanTie C930 ofrece una solución innovadora y abierta que puede impulsar el crecimiento del país en áreas como la inteligencia artificial y los superordenadores. Este procesador, que estará disponible para su distribución en marzo, promete un alto rendimiento a un coste reducido, lo que lo convierte en una herramienta clave para la próxima generación de tecnología en China.
A nivel global, RISC-V está demostrando su potencial, con Europa también desarrollando su propio chip RISC-V para integrar en superordenadores. Así, tanto Alibaba como otras empresas chinas se están posicionando como jugadores clave en la evolución de esta arquitectura, que podría redefinir el futuro de los semiconductores a nivel mundial.