Un equipo de investigadores de la Facultad de Ingeniería de Penn State, en Estados Unidos, ha desarrollado una tecnología que permite controlar el sonido para que solo se escuche en una zona precisa. Esta innovación podría cambiar la forma en que experimentamos la comunicación y el entretenimiento.
El concepto clave detrás de esta tecnología es la creación de "enclaves audibles", zonas específicas donde el sonido se vuelve audible. Para lograr esto, los científicos utilizaron ultrasonidos, ondas sonoras con frecuencias superiores a las audibles para el oído humano. Estos ultrasonidos se cruzan en el espacio y generan una nueva onda sonora audible solo en el punto donde se encuentran, gracias a un fenómeno llamado "generación de frecuencias de diferencia". Fuera de esa área, el sonido permanece inaudible.
Los investigadores lograron que el sonido llegara a una distancia de un metro y alcanzara un volumen de 60 decibelios, similar al de una conversación normal. Aunque la tecnología aún está en desarrollo, tiene un gran potencial para aplicaciones futuras, como audioguías sin necesidad de auriculares en museos, escuchar indicaciones privadas en vehículos, e incluso reducir la contaminación acústica en las ciudades.