La NASA ha completado con éxito la Revisión Crítica de Diseño (CDR) de Dragonfly, el dron autónomo que explorará la superficie de Titán, una de las lunas más grandes de Saturno. Este avance habilita el inicio de su construcción, consolidando una de las misiones más ambiciosas en el campo de la exploración planetaria no tripulada.
Diseñado como una aeronave de ocho rotores, Dragonfly estará propulsado por un generador termoeléctrico de radioisótopos (MMRTG) que le permitirá volar y operar en las extremas condiciones de Titán, donde las temperaturas alcanzan los –180 °C. Este vehículo será el primero en realizar vuelos múltiples sobre la superficie de una luna distinta a la Tierra.
La misión, perteneciente al programa New Frontiers, ha enfrentado sucesivos retrasos y una notable alza presupuestaria, pasando de 2,200 a más de 3,500 millones de dólares, acercándose al rango de misión Flagship. El lanzamiento está programado entre el 5 y el 25 de julio de 2028, a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX, con una trayectoria que incluye una asistencia gravitacional terrestre para alcanzar Saturno en seis años y medio.
Dragonfly está equipado con una suite científica avanzada que incluye la cámara de navegación DragonCam, la estación meteorológica DraGMet en colaboración con la agencia espacial japonesa (JAXA), y el espectrómetro de rayos gamma DraGNS para estudiar la composición del terreno. Además, el sistema DrACO perforará el suelo para recolectar muestras, y el espectrómetro de masas DraMS identificará moléculas orgánicas complejas, clave para el estudio de la química prebiótica.
El ingreso a Titán será una de las maniobras de entrada atmosférica más prolongadas y complejas jamás ejecutadas: 137 minutos de descenso desde 1,270 km de altitud antes de iniciar el vuelo autónomo. Este evento, apodado “las dos horas de terror”, sustituye a los tradicionales “siete minutos” de misiones marcianas y requerirá una precisión sin precedentes.
Con su capacidad para desplazarse entre múltiples puntos de interés, Dragonfly proporcionará datos inéditos sobre la geología, el clima y la química de Titán, reforzando el rol de los sistemas autónomos como plataformas clave para la exploración científica del sistema solar exterior.