Si bien es cierto que el PRD en Morelos está obligado, como ya lo hizo, a convocar a un nuevo proceso para la elección de su presidente estatal, no obliga u ordena tal resolución la destitución del mismo.
En todo caso ese ejercicio se llevará a cabo hasta septiembre, una vez que el proceso electoral de 2012 haya concluido. Así lo marcan los tiempos. Además Espín para ese entonces ya no ocupará un escaño, por lo que estará en libertad de volver a participar para la primera posición perredista en Morelos.
Claro que es un triunfo para Blanca Mojica Martínez, Leonel Díaz Rogel y Raúl Iragorri Montoya; para estas alturas cualquier “piedra en el camino” debe verse como un obstáculo rumbo a Palacio de Gobierno. Sin embargo, el golpe con esta resolución no fue lo contundente que ellos esperaban.
Mientras, es conocido el contragolpe. Tanto Blanca Mojica como Leonel Díaz Rogel habrán de enfrentar la solicitud de expulsión que la Comisión de Garantías revisa, ante los señalamientos de apoyar abiertamente a un candidato a la gubernatura ajeno al del PRD, en este caso Amado Orihuela.
Lo anterior es el argumento que el actual equipo de control perredista sostiene ante la resolución de la autoridad electoral.
De debate
El segundo debate presidencial, llevado a cabo este domingo, pese a que resultó más versátil que el anterior, no representará mayores cambios en las encuestas que irán aflorando y en esa secuencia tal parece que el post debate tampoco moverá los momios.
No obstante que se acepta que la estructura del encuentro fue mejor que el anterior, un verdadero debate no se dará en México hasta en tanto no cambie de fondo su formato; es decir, cuando el o los periodistas dejen de ser simples coordinadores de tiempo para convertirse en verdaderos moderadores.
Precisemos: los debates en México deben dejar de ser “temáticos rígidos”, para pasar a la dinámica de la formulación de preguntas por parte de los profesionales de la comunicación, para así penetrar en la verdadera estatura política y social de los pretendientes al Ejecutivo federal o a otros puestos de elección popular.
En una primera lectura, es de coincidirse que Enrique Peña Nieto, candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, PRI, fue propositivo y no entró en el juego de los ataques; Andrés Manuel López Obrador, el abanderado de las izquierdas, también propositivo aunque menos contundente desaprovechó la oportunidad para dar el nocaut que esperaban sus seguidores.
Josefina Vázquez Mota, la degradada representante del Partido Acción Nacional, no tenía de otra en su ansiedad de remontar la tercera posición en la que ha caído, por lo que se convirtió en la guerrillera de la confrontación, y Gabriel Quadri de la Torre se descuadró al querer asumir el papel de moderador y olvidarse de la naturalidad con la que sorprendió en el primer debate.
El asunto más patético, es el del tabasqueño a quien, inclusive, los propios medios de las izquierdas critican por su tibieza y en efecto, por no haber aprovechado las circunstancias que le brindó el Movimiento #YoSoy132.
El reclamo va mas allá, puesto que no obstante que la muchachada presume de haber logrado que las principales televisoras en sus canales de mayor penetración y de cobertura nacional transmitieran este segundo debate, el candidato de las izquierdas no hizo ni el menor esfuerzo para corresponder a esa oportunidad.
Como es costumbre en estos escenarios, todos y cada uno de los contendientes, incluyendo a Quadri de la Torre se dijeron vencedores y todos con algunas diferencias celebraron sus supuestos triunfos.
Desde luego que los errores técnicos del debate no son de tomarse en cuenta, es un quehacer que abona a favor de la democracia por lo que se hace necesario depurarlo y enriquecerlo. Por lo pronto el del pasado domingo no moverá mayormente las preferencias, inalterables en su signo, aunque desde luego, en la idea central, de que la verdadera encuesta será la de la jornada comicial del ya muy cercano domingo 1 de julio.