Diseño, acabados, policarbonato
Aunque casi todos esperábamos ver un diseño basado en el Galaxy Note 3 y sus acabados en imitación de cuero, no fue así, y Samsung nos mostró una carcasa completamente nueva para el S5. Una carcasa llena de pequeñas hendiduras que aparentan ser agujeros y que, a su manera, acaba confiriendo un aspecto bastante elegante, dentro de la elegancia que se puede ofrecer con una cubierta removible de policarbonato. Y es que Samsung sigue fiel a su práctica: tapa trasera extraíble para poder intercambiar la batería.
Lo que sí sigue presente es el borde de falso aluminio, que se raya con demasiada facilidad y que, en mi opinión, debería dejar de formar parte de la gama alta de Samsung. Porque ese plástico que quiere aparentar no serlo chirría en un diseño elegante como una cuchilla arañando un espejo, y más aún con esas dos líneas-hendiduras a lo largo del marco. La parte frontal es una mezcla del diseño del S4 y el Note 3, y de éste último toma unas líneas algo menos curvadas que las del anterior S.
La tecla de menú ha sido sustituida por la de multitarea. El botón de bloqueo ha sido acertadamente mantenido en el borde derecho, en ≥5 pulgadas meterlo en el borde superior hubiese sido un delito. Y más sin un gesto de desbloqueo que se echa bastante en falta, pese a todo. El botón de volumen también permanece en el borde izquierdo, aunque ahí queda menos accesible si sostenemos el S5 con la mano derecha.
El conector USB (en realidad un USB 3.0 tipo C, como el del Galaxy Note 3 o Galaxy Round) queda oculto bajo una tapa que oculta el enorme agujero que quedaría de no ser por ella. Aunque en realidad está ahí para dar sentido a la certificación IP-67, que hace al Galaxy S5 resistente al polvo y al agua durante 30 minutos a 1 metro de profundidad como máximo. Virtud útil porque aunque no planees bucear con él te ahorrará algún microinfarto en situaciones de riesgo.
Sensor dactilar
Después de que Apple presentara Touch ID con el iPhone 5s y tuviera una acogida excepcional por su buen funcionamiento, HTC le siguió el rastro presentando un sensor homólogo en su One Max. Pero la cosa salió verde y con ancas. Fallaba más que una escopeta de feria y su localización en el terminal era como para retirar el saludo al ingeniero que la decidió. Siendo Samsung el siguiente en apuntarse al sensor dactilar, la incógnita era si funcionaría como los primeros o como los segundos.
Respuesta rápida: en un término medio, y más cerca de los primeros. No funciona apoyando el dedo como en el 5s, sino deslizando de arriba a abajo. Además, el botón del 5s es un acierto accidental (el diseño de ese botón se mantiene desde 2007), ya que su forma circular encaja perfectamente con la yema del dedo. Y permite rotar en cualquier ángulo la pulsación. En el S5 no tanto, y se nota: en cuanto cojamos el terminal de una forma no habitual, el sensor no funcionará en la mayoría de los casos.
Funciona bien, pero añade el mismo dedo dos veces para aumentar la efectividad.
Así que mi consejo aquí es aprovechar como mínimo 2 de las 3 huellas que permite registrar el S5 para un mismo dedo, apoyándolo de forma distinta pensando en cómo solemos tenerlo en la mano al desbloquearlo. Si no podemos desbloquear mediante el dedo (está mojado y no lo detecta, o sucio, o lo tenemos vendado), tenemos la opción de usar la contraseña.
Por otro lado, el sensor dactilar del S5 no sirve sólo para desbloquearlo, sino también para realizar pagos con PayPal (en primera fase, sólo España, México y Argentina del panorama hispanoamericano), con Samsung Apps (Google todavía no ha implementado esta opción para Play Store) y para habilitar el modo privado, un modo que cuando esté desactivado no mostrará determinados contenidos que hayamos decidido ocultar. Una medida extra de seguridad pensada para cuando el S5 esté en manos conocidas pero que no queremos que tengan acceso a todo nuestro material. Como a fotos comprometedoras o a esos capítulos de esa serie que jamás admitiríamos que continuamos viendo.
La pantalla que borrará tus prejuicios sobre AMOLED
Primera premisa: la pantalla del Galaxy S4 era muy mediocre y tenía muchas carencias. Segunda premisa: la pantalla del Galaxy Note 3 mejoró mucho y fue la primera Super AMOLED en poder ser considerada rival para los paneles IPS de LG, Apple, HTC y compañía. Tercera premisa: esperábamos que la pantalla del Galaxy S5 fuese como mínimo tan buena como la del Note 3.
Ha sido así. La pantalla del Samsung Galaxy S5 es el mejor panel que nunca hemos visto en un Samsung, al nivel del que tiene el Note 3 y muy por encima del que montaba el S4. Esta Super AMOLED ya no es lo que era. Atrás quedó el PenTile, el tinte azul y los píxeles como puños. Podría ser mejor, claro, pero si alguien se queja del S5, no creo que lo haga por la pantalla. Paso de gigante para Samsung que cierra una de sus deudas históricas. Aquí vemos el brillo máximo y mínimo de la pantalla. El primero es uno de los apartados en que "podría ser mejor, claro". 442 nits que aumentan en el modo automático, más que en el modo manual a tope.
En el resto de mediciones llama la atención que Samsung sigue montando las pantallas más frías del mercado, sin llegar a niveles aberrantes como el del Galaxy S de 2010 y sus más de 10.000 K. De hecho la pantalla está lo suficientemente calibrada como para que no se note apenas ese tinte. Tanto el Note 3 como el S5 están por encima del resto siendo los únicos en la gama alta que superan los 8.000 K. No es casual que ambos lleven paneles AMOLED y el resto paneles LCD, sean TFT (Xperia Z1) o IPS (todos los demás).
Los ángulos de visión del Galaxy S5 son de los mejores que podemos ver un AMOLED, y sólo renquean cuando se llevan al nivel extremo por encima de los 170º. Nada problemático, tampoco vamos a practicar el deporte de buscar problemas porque sí. Hasta los mejores pilotos entran colados en alguna curva cuando les dan su primera moto bruta, bruta de verdad.
Luego tenemos la opción de activar diferentes perfiles de color para la pantalla:Adapt Display, Dinámico, Estándar, Foto profesional o Cine. Si no se tiene ninguna necesidad específica y simplemente se busca el mejor, recomiendo activar el modo Foto profesional, que calibra la pantalla con el estándar Adobe RGB. Como opción B, el modo Película deja colores algo más suaves para compensar la sobresaturación del color, idóneo para ver películas. Vamos, que da lo que promete.
Cámara
La cámara del S5 es una de las mejores opciones a nivel global, como cámara 4x4 que es rápida (su enfoque es endiabladamente veloz), tiene un rango dinámico excelente, un buen balance de blancos, los suficientes ajustes manuales para que podamos sacar al fotógrafo que llevamos dentro y no limitarnos al point & shoot, vídeo 4K para presumir de ser de la primera hornada de YouTube en subir vídeos con esta resolución, y un modo interesante al estilo Refocus o Duo Camera, el deenfoque selectivo, del que hablo luego.
Las fotos con buena luz son buenísimas. En primer lugar, porque su rango dinámico hace que perdamos el miedo a los días extremadamente soleados. No veremos cielos quemados o zonas de exageradas sombras. Y sin necesidad de activar el modo HDR, que por cierto se muestra en tiempo real sin tener que esperar a que la foto esté hecha. Sus 16 megapíxeles dan esplendor al sensor CMOS con tecnología ISOCELL de fabricación propia que Samsung estrena con el S5. Con él obtiene una gama cromática mayor y mayor luminosidad en fotos nocturnas.
Además se consigue muy buena profundidad de campo incluso sin el modo de enfoque selectivo. Trae modos de medición del enfoque: matriz, punto, o centro-compensado. Innovar en esto es mucho más interesante que innovar en un modo que permita incluir una pequeña autofoto dentro de una foto hecha con la cámara principal. Si además trajese un disparador físico en dos pasos como el de los Sony Xperia recientes, ya sería colosal.
Aquí tampoco fue usado en el enfoque selectivo. Sólo cámara en modo Auto.
Lo más novedoso en el software de la cámara del S5 es el modo de enfoque selectivo. Cuando lo activamos, al pulsar el disparador se toman varias fotografías que se condensan en un sólo archivo. Con ese archivo podemos escoger qué plano enfocar de la foto, si el primero o el segundo, o dejar ambos enfocados. Un efecto divertido que funciona bien, aunque a veces presenta problemas en los bordes de los objetos. Aquí vemos un ejemplo, y también podéis descargar los archivos originalesguardados en Dropbox. Un detalle: al exportar estas fotos al ordenador quedan archivos de 23 MB sin extensión con el nombre _display_name, hay que añadir manualmente el .jpeg para que sean visibles y editables.
Ahí va un montaje del enfoque selectivo para que se vea la diferencia entre enfoque cercano, panorámico y lejano (para más detalle y fotos individuales, mejor ver los archivos originales que enlazo en Dropbox en el párrafo de arriba).
KitKat + TouchWiz
Decía en el análisis del One M8 hace unos días que soy socio fundador de la Asociación de Víctimas de las Capas de Personalización (AVICAP), y gran parte del "mérito" es de Samsung. Acostumbrado a tener más paciencia con TouchWiz que el señor Miyagi para atrapar una mosca con palillos, ver en el Unpacked del S5 que se avecinaba un rediseño fue un inesperado placer. No obstante, el rediseño no ha sido gigantesco, y se limita a adoptar algunos aspectos de KitKat más un anticipo de lo que será algún día Tizen.
La nueva interfaz de ajustes en vista de cuadrícula o de lista.
Por ejemplo, en el icono del cambio en que se ha convertido el menú de ajustes, simplificado en un scroll con 62 botones circulares (bien organizados, asusta más el número que la interfaz). O en algo similar en la barra de ajustes rápidos. Por lo demás, los cambios estéticos no son tan profundos como al menos a mí me gustaría. Hace falta una interfaz más simple y con mejor diseño en varias zonas y elementos. Ejemplos: las carpetas de aplicaciones, widgets y apps de sistema que mezclan diseño plano, fondos teselados y fondos realistas / fotográficos; la pantalla de desbloqueo es un intento de minimalismo mal resuelto.
Ajustes rápidos y barra de notificaciones.
En el TouchWiz del S5, a la postre, ha primado la función sobre el diseño. Por eso tenemos los modos de ahorro de batería que luego comentaré, o el modo privado del que hablaba en el apartado del sensor dactilar. Hay más pequeñas utilidades, como un S Finder para buscar cualquier cosa y ver los resultados tanto en todo nuestro teléfono como en la red, o un modo de conexión rápida para ver de forma casi instantánea a todo bicho viviente (es decir, con Bluetooth o Wi-Fi incorporado) que podamos emparejar al S5. Desde unos auriculares hasta una Smart TV pasando por un Gear Fit o una impresora.
A la izquierda, S Finder. A la derecha, la 'Caja de herramientas'.
Estoy omitiendo algunos aspectos de TouchWiz ya habituales y conocidos, pero hay uno en el que me voy a detener, no sea cosa que me esté leyendo algún fabricante de la competencia y pierda la ocasión de hacerle saber esto: el multiwindow para mostrar dos apps de forma simultánea es lo mejor de TouchWiz. Aparte de con casi todas las aplicaciones nativas, incluyendo YouTube, también es compatible con Twitter y Facebook, y hasta WhatsApp. Es muy bueno por ejemplo poder ver un vídeo en YouTube mientras ojeamos nuestro timeline o respondemos en WhatsApp. Y además la proporción no es 50 - 50 de pantalla obligatoriamente, podemos dejar el 33 % para un vídeo y el 66 % para el timeline, por ejemplo.
Otra utilidad: "Caja de herramientas", un botón flotante sobre la pantalla que al pulsarlo despliega un acceso directo a las aplicaciones que queramos. Algo que no tiene del todo que ver con TouchWiz, pero en el fondo sí, es que el botón capacitivo de menú de anteriores Samsung ha sido reemplazado por el de multitarea, como en las tablets de la familia Pro.
Sobre el rendimiento del S5, poco que decir. Los benchmarks hacen plena justicia a lo que sugiere el Snapdragon 801 con la velocidad de reloj más alta vista hasta la fecha, 2.5 GHz, tanto con navegación web como con juegos con alta exigencia de recursos.
S Health
Ok, es un hecho: Samsung está viendo que el negocio va por la monitorización de la actividad física. A la gente le pirran las estadísticas, y los resultados de carreras con Runkeeper o Nike+ son un clásico en nuestros timelines de Twitter. Así que vuelve a poner énfasis en S Health, y además ahora le añade un sensor cardíaco para que tengamos en él todo lo que necesitamos si queremos comenzar a hacer deporte. Funciona simple: apoya el dedo en él y espera unos segundos.
La 'L' de 'personal' queda cortada. En una app nativa. A estos problemas de interfaz me refiero.
S Health cuenta todos nuestros pasos diarios, y a su vez la distancia caminada y calorías quemadas. Detecta cuándo hemos ido a correr por la velocidad, aunque si queremos que ese seguimiento sea más preciso podemos seleccionar el modo específico de carrera.
Autonomía
Pantalla más brillante y un pelín más grande que la del S4, más sensores funcionando, y sólo 200 mAh más en la batería. Con la hoja de especificaciones delante, pensé que si lograba acabar el día con un uso medio, ya era demasiado. Y no era el único. No tardé en darme cuenta de que tuve menos ojo con la autonomía que la discográfica Decca cuando rechazó a los Beatles. Soy usuario intensivo del smartphone, y el S5 no me ha dejado tirado nunca antes de medianoche. No contaba con la gran optimización que Samsung ha hecho del software. Simplemente, los porcentajes bajan mucho más a cuentagotas que con el S4.