Bajo este retorcido nombre se esconde un haz láser que utiliza una serie de semiconductores superpuestos para lograr emitir luz en el espectro infrarrojo medio, una capacidad que no tienen la mayor parte de láseres. Esta frecuencia permite analizar el fluido de las capas intermedias de la piel para determinar los índices de absorción de glucosa.
Para que el sistema funcione, basta con enfocar el láser unos segundos a la palma de la mano. El haz no provoca ningún tipo de incomodidad al paciente, aunque no es tan exacto como el impopular pinchazo. Después de probarlo varias semanas en voluntarios antes y después de comer 20 caramelos de goma, el sistema tiene una precisión del 84%.
El grupo de Princeton cree posible afinar el funcionamiento del láser para que, en un futuro cercano. Este sistema sustituya al actual. No pocos pacientes diabéticos estarán muy agradecidos.
[Universidad de Princeton vía Gizmag] [Gizmodo]